Comunidad de Madrid

La teleasistencia podrá detectar casos de violencia machista

El Ayuntamiento de Madrid pondrá en marcha cursos de formación para que los servicios municipales puedan detectar casos de violencia machista y actuar, aunque las víctimas no hayan recurrido a la Policía.

El objetivo es que los trabajadores municipales, como los de los centros de mayores, sepan detectar y actuar en caso de observar un posible caso de maltrato / Foto: María H. Ortíz
El objetivo es que los trabajadores municipales, como los de los centros de mayores, sepan detectar y actuar en caso de observar un posible caso de maltrato / Foto: María H. Ortízlarazon

El Ayuntamiento de Madrid pondrá en marcha cursos de formación para que los servicios municipales puedan detectar casos de violencia machista y actuar, aunque las víctimas no hayan recurrido a la Policía.

Después de que haya ingresado en prisión preventiva el supuesto autor del último homicidio por violencia de género en Tetuán, el área de Familias, Igualdad y Bienestar Social reunió una vez más el comité de crisis que, desde hace dos años, se convoca en el Ayuntamiento de Madrid para estudiar lo ocurrido en cada caso. Así, el pasado jueves, el delegado del área, Pepe Aniorte, se encontró con la directora general de Prevención y Atención frente a la Violencia de Género, Igualdad y Diversidad; la jefa de este departamento; así como el director general de Atención Primaria , Intervención Comunitaria y Emergencia Social; el inspector de Policía Municipal en el área de Portavocía, Seguridad y Emergencias; y la jefa del departamento de Servicios Sociales del distrito de Tetuán.

Entre todos analizaron en primer lugar los antecedentes que hubiera de violencia machista en el caso de María Pilar, la mujer asesinada, y si hubo intervención de los servicios municipales pese a que no había habido denuncia previa. También se ocuparon de la situación de vulnerabilidad en la que ha quedado su hijo de 8 años. Y, fundamentalmente, estudiaron qué mejoras se pueden introducir dentro de los Servicios Sociales del consistorio para evitar que haya casos como el de María Pilar.

Según reconoce Aniorte, es cierto que en este último caso era muy difícil haber actuado ya que la mujer asesinada no había tenido necesidad de pedir ayuda al consistorio. Pese a que figuraba en el Sistema de Seguimiento Integral en los casos de Violencia de Género (sistema VioGén), a raíz de una agresión que sufrió en noviembre de 2018, no quiso declarar ni presentar denuncia cuando su agresor fue detenido por esos hechos, por lo que el Ayuntamiento no intervino.

Es por ello que se ha planteado una solución para todas aquellas mujeres, víctimas de violencia, que no tienen contacto con los Servicios Sociales del Ayuntamiento de Madrid pero sí con otros servicios municipales tales como los centros de mayores, la teleasistencia e, incluso, las actividades deportivas. «El objetivo es lograr la atención temprana de esos casos de violencia de género», explica el delegado de Familias, Igualdad y Bienestar Social, que recuerda que en torno al 80% de mujeres asesinadas por violencia machista no había denunciado.

Así, lo más complicado es «llegar a ellas» antes de la denuncia, no sólo por la detección temprana sino también para que sean conscientes de lo que les ocurre y puedan dar el paso para pedir o recibir la ayuda específica. Para ello, Aniorte va a poner en marcha a lo largo de la legislatura cursos de formación, similares a los que se dan desde hace tiempo en el Servicio Madrileño de Salud (Sermas) de la Comunidad de Madrid, para poder detectar estos casos desde la atención primaria hasta las urgencias, pasando por los especialistas.

Un ejemplo de cómo de eficaz sería que los trabajadores municipales tuvieran formación en violencia de género está en el colectivo de los mayores de 65 años que acuden a centros de mayores o reciben ayuda a domicilio o teleasistencia. «En los centros de mayores no hay trabajadores sociales, pero si se detecta un caso, se puede organizar un taller con un trabajador social municipal para varios centros de mayores, dirigido a mujeres y envejecimiento y allí poder abordar las cuestiones de violencia machista para que las víctimas puedan ser conscientes de algo que, quizás, llevan décadas sufriendo y han normalizado», detalla el delegado de Igualdad y Bienestar Social.

También en los casos de ayuda a domicilio, las personas que acuden a facilitar algunas cuestiones domésticas a parejas mayores pueden ser formados para observar si existen dinámicas de violencia machista. Incluso en la teleasistencia, que contactan periódicamente con los usuarios, se pueden detectar casos de maltrato. También en las actividades infantiles o deportivas. En definitiva, «en los distintos recursos municipales que estén en contacto con esas mujeres, porque la detección temprana es la clave», añade Aniorte.

Sin embargo, los cursos de formación son sólo el principio de la acción para atender cuanto antes los casos de maltrato que el consistorio madrileño va a desarrollar a lo largo de la legislatura. De este modo, se desarrollarán protocolos, también similares a los que existen en el Sermas, para que, una vez detectado ese posible caso de violencia machista, se puedan hacer llegar los recursos de los Servicios Sociales a esa posible víctima.

De ello se hablará en las reuniones que, a partir de la primera semana de septiembre, mantendrá el delegado de Familias, Igualdad y Bienestar Social con todos los partidos y entidades de relevancia en la lucha contra la violencia de género. Aniorte les planteará un paquete de quince medidas que ya avanzó al comienzo del verano y que suponen el desarrollo del pacto de estado contra la violencia de género que implementa el convenio de Estambul firmado por los países miembros de la Unión Europea.

De hecho, el segundo punto de la batería de medidas trata precisamente de mejorar la capacidad de detección temprana de la violencia machista en los centros de Servicios Sociales de Atención Primaria, así como elaborar una estrategia para abordar la detección y el apoyo integral a las mujeres con más de 65 años. La ampliación de los cursos de formación, más allá de los centros de Servicios Sociales, supondrá, además, poder llegar a todas las mujeres que no tienen contacto con estos recursos.