Política

Collado Villalba

Políticos a la fuga

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¿Se acuerda de cuál fue la papeleta que escogió en las últimas elecciones autonómicas? Seguro que sí, y que también recuerda quiénes eran los primeros nombres de la lista. Sin embargo, a medida que se avanza en los puestos, la memoria empieza a fallar. Sepa que estos nombres son los que ahora se sientan en los escaños de la Asamblea de Madrid. Esta legislatura será recordada por la cantidad de «fugas» entre las filas de todos los partidos con representación autonómica, con sólo una excepción: UPyD. Las últimas renuncias a sus actas de diputados de Tomás Gómez (PSOE) y Tania Sánchez (IU), así como la cascada de dimisiones que sus líderes han desencadenado, han terminado de desdibujar el Hemiciclo que eligió las urnas el 22 de mayo de 2011.

En aquel momento, por el PP, Esperanza Aguirre se sentaba en el sillón de la Presidencia de la Comunidad, y consejeros como Javier Fernández- Lassquety, Francisco Granados, Antonio Beteta o Engracia Hidalgo se sentaban en los sillones color granate del Gobierno regional.

La primera oleada de bajas masivas se produjo después del triunfo de Mariano Rajoy en las generales de noviembre del mismo año. Empezando por Cristina Cifuentes, que pasó de ser vicepresidenta de la Asamblea a delegada del Gobierno, o Antonio Beteta, que pasó de controlar la economía madrileña a la Secretaría de Estado de Administraciones Públicas. Junto a éstos, muchos de los nombres que ocupaban los primeros puestos de la lista también fueron fichados por Moncloa. Al margen de los dos fallecimientos producidos en estos cuatro años en las filas populares, Elvira Rodríguez se fue a presidir la Comisión Nacional del Mercado de Valores, Eva Piera entró en el BBVA, Germán Alcayde dejó a Aguirre por la FAES de Aznar, Diego Lozano es ahora jefe de Gabinete del presidente regional Ignacio González (que tomó el mando de la Comunidad en septiembre de 2012, tras la salida de Aguirre) y otros muchos pasaron a ocupar cargos en el Gobierno regional como el de director general, incompatible con el de diputado. Por hache o por be, lo cierto es que a sólo tres meses del final de la legislatura, han causado baja un 23,2 por ciento de los diputados elegidos en las urnas.

En el PP, la lista ha corrido desde el número 72 hasta el 95. El último en sentarse en el Hemiciclo ha sido Francisco Becerra, primer teniente del Ayuntamiento de Coslada.

Pero si en las filas populares los movimientos se produjeron sobre todo en los primeros meses tras las elecciones, en el PSOE e IU los cambios han llegado después de cuatro años en los que las diferencias entre los dos bandos formados en cada uno de los dos partidos han acabado saltando por los aires.

El último en dar la campanada ha sido el PSOE. La irrupción de Pedro Sánchez en el PSM de Tomás Gómez no sólo ha desbancado a su líder del partido. Un día después de que éste fuera apartado de la Secretaría General del PSM, Gómez anunció su renuncia a su acta de diputado y, con él, su número dos, Maru Menéndez; así como Rosa Alcalá y Eusebio González Jabonero, aunque este último no renunció finalmente, parlamentarios que conformaban su «núcleo duro». Éstos lo hacían sólo unos días después de Juan Barranco, el número 3 del PSOE que, premonitoriamente abandonaba en enero. El abandono de Gómez, que dirigía con mano dura a su grupo parlamentario, ha dejado una sensación de horfandad entre sus compañeros que algunos ya no dudan criticar.

Sólo una semana antes del cese de Gómez, era Tania Sánchez quién abandonaba la bancada de IU. Junto a ella lo hacía María Espinosa, por unas desavenecias con la dirección regional de su partido, que han terminado en una guerra abierta. El motivo: la intención de Sánchez y Espinosa de unirse en un «frente popular» a Podemos, Ganemos, Equo y otros partidos de izquierda sin que la permanencia de las siglas de IU sea prioridad.

El goteo de salidas, renuncias y dimisiones en la cámara autonómica también ha tenido su traslado a la arena municipal. En los consistorios, de los más grandes a los más pequeños, muchos de los alcaldes que terminarán la legislatura no son los que lucieron en mayo de 2011 en los carteles electorales. Y aunque los mandatos «interruptus» comenzaron muy pronto, el estallido de la «operación Púnica» ha multiplicado el número de primeros ediles salientes.

El pasado otoño, esta trama corrupta terminó con la carrera de seis alcaldes. El 4 de noviembre, dimitía David Rodríguez Sanz, alcalde de Casarrubuelos. Se convertía así en el último en hacerlo de los alcaldes implicados –cuatro del PP, uno del PSOE y otro del partido independiente UDMA–. Antes ya habían presentado su renuncia los responsables de los ejecutivos locales de Torrejón de Velascos, Gonzalo Cubas; de Parla, José María Fraile; de Valdemoro, José Carlos Bozá; de Collado Villalba, Agustín Juárez; y de Serranillos del Valle, Antonio Sánchez.

Sin embargo, la primera ciudad en ser testigo de un relevo en la alcaldía fue la capital. Alberto Ruiz-Gallardón puso rumbo al Ministerio de Justicia en diciembre de 2011 y Ana Botella asumía el cargo. Después, algunos nombramientos en el Gobierno central y el caso Madrid Arena desencadenaron hasta diez salidas más desde entonces. Juan Bravo se marchó con Gallardón a Justicia, Manuel Cobo, la mano derecha del ex ministro, dio un paso atrás con la elección de Botella y aceptó un cargo directivo en Ifema, y Pilar Martínez se convirtió en directora general de Arquitectura del Ministerio de Fomento. Hubo ediles que pasaron a la administración autonómica como Carlos Izquierdo –viceconsejero de Educación–, Elena González-Moñux –viceconsejera de Justicia–, y Luis Asúa –viceconsejero de Medio Ambiente–. El desgraciado accidente en el Madrid Arena terminó costándole el puesto al vicealcalde Miguel Ángel Villanueva y a los concejales Pedro Calvo y Antonio de Guindos. En todo este carrusel de cambios, dos candidatos a los que les hubiera correspondido ocupar un sillón en el pleno municipal pero renunciaron por estar desempeñando otra responsabilidad: Percival Manglano era consejero de Economía en la Comunidad y María Eugenia Mendizábal fue fichada por el Instituto Nacional de la Seguridad Social como directora.

Las fugas en este Ayuntamiento no han afectado sólo al PP. La reciente crisis abierta en Izquierda Unida tras la salida de Tania Sánchez y su deseo de converger con Podemos también provocó que dos ediles, Jorge García Castaño y Ángel Lara, renunciaran a su acta de concejales.

Los datos hablan por sí sólos. Según los últimos datos publicados sobre el censo de los municipios en la región, 4.028.234 madrileños no están gobernados por el alcalde que eligieron en las urnas en mayo de 2011. Este dato se explica sobre todo a partir de las salidas de los regidores de las tres ciudades más pobladas: Madrid, Móstoles y Alcalá de Henares. En estos dos últimos municipios, Esteban Parro y Bartolomé González fueron relevados por Daniel Ortiz y Javier Bello, respectivamente.

Otros dos municipios importantes de la región, ambos en manos de gobiernos de izquierda Unida, han tenido dos alcaldes en estos cuatro años. En Rivas, una crisis interna de graves proporciones y las sospechas de irregularidades cometidas en la gestión de la Empresa Municipal de la Vivienda precipitaron la salida de José Masa. Pedro del Cura se hizo con el bastón de mando. En San Fernando de Henares, Ángel Moreno se convirtió en primer edil después del adiós de Julio Setién, que alegó motivos personales.