Ciencia

Rebelión en Guadarrama contra el paseo «pipicán»

La polémica se ha desatado en Guadarrama tras la instalación de césped artificial en la calle San Macario de la localidad
La polémica se ha desatado en Guadarrama tras la instalación de césped artificial en la calle San Macario de la localidadlarazon

El Ayuntamiento de Guadarrama ha inaugurado recientemente toda una calle en la que ha instalado césped artificial. Se trata de la calle San Macario, la vía de subida a la Jarosa y que concluye en el pantano. Su coste: «Alrededor de 15.000 euros de inversión», según los datos facilitados por el consistorio. «Se ha elegido césped artificial, porque esta instalación resulta a la larga más económica y más ecológica, al no requerir abastecimiento de agua, ya que el césped artificial sólo necesita agua para limpiarlo de forma ocasional», afirman las mismas fuentes.

El consistorio que dirige Carmen María Pérez del Molino (de Agrupación Popular por Guadarrama APG) considera el césped artificial como «un sistema de embellecimiento de espacios dirigido a conseguir el mayor equilibrio entre belleza y sostenibilidad del entorno». Algo en lo que no hay precisamente mucho consenso ni entre los partidos ni entre los vecinos. «Es una auténtica barbaridad. No es lógico poner césped artificial en una calle de un pueblo. Una cosa es ponerlo en un campo de fútbol, que eso tiene su lógica, y otra artificiar una calle. Ponerlo en la sierra es antiestético y no tiene sentido alguno destinar dinero del contribuyente en eso», denuncia José Luis Valdevira, secretario general del PSOE de Guadarrama. Opinión que coincide con la de Luciano Labajos, portavoz de jardineros de CC OO y Ecologistas en Acción: «En polideportivos y campos de fútbol cumple una función, aunque no nos guste. Pero no tiene sentido ponerlo como zona verde en un enclave de la sierra donde el clima fresco podría permitir perfectamente un jardín de pradera natural sin riego, ya que en esta zona se mantiene verde desde el mes de octubre hasta estas fechas y luego se amarillea. Pero en otoño, las praderas, al ser vivaces, rebrotan de las raíces».

Entre los vecinos hay voces divergentes, aunque la mayoría piensa como Javier: «No es el lugar idóneo para poner césped artificial. Si querían ahorrar agua hubiera sido mejor dejarlo como estaba hace unos años cuando estaba alicatado. Aquí cada cierto tiempo cambian esta vía. Es como cuando decidieron retirar los bancos de piedra y ponerlos de madera. Ahora están podridos. Además, no es higiénico». «Se ve claramente que es plástico. Podían haber asfaltado toda la acera, el lugar de hacer este destrozo», añade Amalia.

También hay vecinos a los que les gusta cómo queda, pero todos se preguntan cuánto tiempo va a durar. En este sentido, el ayuntamiento, que ya ha instalado césped artificial en rotondas de difícil acceso por tráfico para regar, y en pequeñas superficies en zonas de tráfico, así como en el campo de fútbol, recuerda que «en algunos lugares lleva más de 10 años instalado y no ha habido ninguna necesidad de cambiarlo, por lo que no tenemos previsto sustituirlo antes de ese tiempo, eso sí, siempre que se mantenga en buenas condiciones, ya que la instalación tiene una larga garantía por parte de la empresa instaladora».

Publicidad para «educar»

Algo que horroriza a los vecinos, porque desde el primer día de su inauguración ya había excrementos de perros por doquier y, en cambio, ningún cartel recordando a los dueños de mascotas que no es el lugar donde dejar las deposiciones. «Hay excrementos porque los dueños lo dejan, pero también quedan restos de dueños que sí los recogen, ya que se quedan pegados», denuncia Amalia.

Desde el Ayuntamiento aseguran que «la zona se seguirá limpiando como todas las demás zonas verdes. No obstante, para fomentar la responsabilidad la Concejalía de Medio Ambiente tiene previsto iniciar en breve una campaña de concienciación para los dueños de los animales y para evitar aplicar las sanciones de la ordenanza municipal sin agotar todas las iniciativas que llamen a la responsabilidad antes de imponer sanciones». En este sentido, Pepe Planas, ingeniero agrónomo de Cuidaplantas.com, que puso el césped artificial de la T-4, asegura «que no hace falta cambiarlo nunca. Ni tampoco hace falta limpiarlo con agua, sino soplarlo o aspirarlo». Para este experto, «sí es sostenible porque evita el malgasto de agua. Y puede ser idóneo, según dónde se ponga y del tamaño. Pero en principio en la sierra me parece bien». Opinión contraria muestra Labajos, que afirma que «el adjetivo sostenible se utiliza como se quiere. En polideportivos y campos de fútbol sí es correcto su uso porque reduce el gasto de agua, pero en paseos y calles no es sostenible».

Este periódico ha intentado conseguir los datos de ahorro hídrico previsto y ha sido imposible obtenerlos, ya que «la zona se regaba con camión-bomba y no es factible calcularlo», aseguran desde el Ayuntamiento. En este sentido, Valdevira recuerda que esta zona verde tan sólo se regaba de forma puntual en días de extremo calor, y recuerda que «si subió el precio del agua se debe a que se traspasó a Canal, antes teníamos aguas propias. Esto hizo que el precio de este recurso se haya duplicado».

En cualquier caso, como recuerda Luciano Labajos, «el césped artificial hay que regarlo porque el plástico se agrieta con el tiempo. Una pradera natural en la sierra no necesita agua, salvo que no queramos que en verano se amarillee, pero en cualquier caso, necesitaría sólo que se regara durante esta estación».