Política

Elecciones autonómicas

Ventajas y desventajas de cada formato

La Razón
La RazónLa Razón

Nunca he sido un convencido del formato de debate político que en España impera. A pesar de haber vivido entre bambalinas algunos de ellos, mis reservas hacia lo que considero un cambalache entre partidos aumenta a cada elección. Diseñados para que los candidatos adopten estrategias conservadoras, construidos para que el error no lamine una campaña rajada a golpe de bisturí preciso, los debates políticos actuales apenas si modifican la voluntad del ciudadano cuando deposita su voto. Muchos acuden a entregar su confianza con la decisión tomada pase lo que pase entre atriles, otros se van pensando por el camino qué deciden sin haber visto siquiera lo acontecido la noche en la que los diferentes programas se enfrentaban. Estamos ahora en un contexto diferente, particularmente excitante dentro de la renovación política que la ciudadanía demanda, donde el indeciso se hace fuerte para asestar jaque mate a encuestas y sondeos. Pero Madrid es el caldero que cocina las intenciones nacionales, y aquí empezaremos a saber si el ciudadano apuesta por la viabilidad de nuevos o renovados proyectos, si cree en la estabilidad o si realmente desea el cambio.

Ventajas del debate a 6

- El alto porcentaje de indecisos favorece menos a los candidatos de formaciones tradicionales que a los que concurren por primera vez. Tanto Ciudadanos como Ahora Madrid tendrán la oportunidad de ahondar en las diferencias con las devaluadas siglas que para un porcentaje alto de la población, representan PP y PSOE.

- A Esperanza Aguirre le conviene debatir y conociendo su trabajado perfil mediático y su entrenado verbo para las respuestas cortas que generan titulares rompedores, no le iría mal aprovechar cualquier formato que permita vislumbrar esas habilidades.

- Los bloques serán más reducidos. Hay menos espacio para explicar los programas y más oportunidades para desmontar argumentos y ridiculizar proyectos contrarios. Se llevará a su máximo exponente un principio claro de todo debate político: no hay mejor evidencia que dejar en evidencia.

Desventajas del debate a 6

- Para las nuevas formaciones, aprovechando la frescura y limpieza de sus siglas, existe el riesgo de defraudar ciertas expectativas motivadas por la coyuntura de ilusión y esperanza que provoca el momento. Para las tradicionales, ni siquiera el tirón mediático y popular de sus candidatos asegura la captación de un voto en otros tiempos estable y hasta cautivo.

- No hay espacio, al ser muchos los candidatos que intervendrían, para escuchar programas y proyectos. Es factible que asistamos a un escenario de “todos contra el PP” por ser el partido de gobierno o una repetición ad nauseam del mantra podemista “la casta o yo”.

- Por definición, los debates políticos poseen un formato poco dinámico, que no ayuda al posicionar bien los argumentos y réplicas, sobre todo de los últimos candidatos en intervenir. Si optan por una táctica de no arriesgar, el espectador asistirá a una representación aburrida de la misma canción de siempre

Ventajas cara a cara

- Para Aguirre, es un formato que le permite sacar su mejor versión de oradora agresiva, vehemente en los planteamientos, suelta en los mandobles retóricos que azota al contrincante sin cesar.

- El error es más notorio, la concentración ante los temas importantes es más decisiva que nunca. No se trata de ganar, sino de no perder. Aquí, la experiencia de quien ya ha debatido mucho, es un gran punto a favor.

- Para el espectador, este esquema ayuda a comparar mejor las propuestas, se asiste a un toma y daca dialéctico menos encorsetado y si el moderador ayuda, el ritmo determinará el recuerdo de los mensajes y momentos clave.

Desventajas cara a cara

- Esperanza tendrá un problema para defender, frente a candidatos nuevos (Ciudadanos o Ahora Madrid) la limpieza de unas siglas y una gestión salpicada de escándalos en el pasado. Su gestión solo es poderosa si es percibida por encima de polémicas y errores personales.

- Cuando se enfrente a Carmona lidiará con el único político que lograba ponerla nerviosa en la Asamblea de Madrid. El verbo entrenado de la Presidenta del PP de Madrid se notará menos contra un adversario bien formado en esas lides.

- Tanto Villacís como Carmena no están habituadas a estos formatos que requieren de velocidad en las respuestas, síntesis de mensajes concentrados, capacidad para desmontar argumentos de la contraparte, habilidad para contrastar unas propuestas y otras, etc. Ahí, Aguirre y Carmona juegan, en principio, pero solo en principio, con ventaja.