Betis
Carvalho es un marciano en el Betis de Setién (1-0)
Un telespectador despistado no sabría decir si Simeone había alineado bajo los palos al esloveno o al Mono Burgos
Nadie dice, todavía, que William Carvalho se un mal futbolista. Pero todo el mundo estará de acuerdo en que su anatomía pesada y su cerebro al ralentí le sienta a este Betis de Setién como a un Cristo dos pistolas. La salida de Guardado antes del cuarto de hora terminó con todo atisbo de peligro sobre la portería de Oblak, que se marchó a su casa sin hacer ni una sola parada. Un telespectador despistado no sabría decir si Simeone había alineado bajo los palos al esloveno o al Mono Burgos. Para el caso, habría sido lo mismo.
La jugada decisiva del partido fue la blandenguería de Júnior, que perdió el balón, seguida por la contemplación de Bartra, que reculó hasta el área y coronada por la estirada eterna de Pau López, brillante toda la tarde excepto para atajar el disparo muy parable de Correa. La más signficativa, sin embargo, fue el regate seco con el que, unos minutos antes, Godín (¡¡¡Godín!!!) sentó a William Carvalho. Posiblemente, fue el primer dribling en toda la carrera del defensa uruguayo... dejando en evidencia al extraterrestre.
El entrenador del Betis buscó en el filial a dos laterales que, en meses, transitaron de la Tercera división a la selección sub 21. Dos jóvenes, uno más llamativo y otro más discreto, que se han asentado sin problemas en la élite, aunque algo los diferencia: el zurdo Júnior deslumbró desde el primer día mientras que el diestro Francis concitó un unánime rechazo de crítico y público. A ambos los sostuvo Quique Setién con idéntico entusiasmo y, en los últimos partidos, las tornas han cambiado. El dominicano duda y el malagueño tapa bocas. Todos tendremos que cambiar de opinión menos ese señor tan cabezota venido desde La Montaña.
✕
Accede a tu cuenta para comentar