La huelga de basura de Lipasam cumple hoy una semana y el conflicto sigue más enquistado que nunca. Una semana en la que se han sucedido la quema de contenedores y otros actos vandálicos.

La huelga de basura de Lipasam cumple hoy una semana y el conflicto sigue más enquistado que nunca. Una semana en la que se han sucedido la quema de contenedores y otros actos vandálicos, ha intervenido el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) para elevar los servicios mínimos y los desperdicios se han ido acumulando junto a los contenedores. Todo ello sin el más mínimo atisbo de acercamiento entre la dirección y el comité de empresa. De hecho, los reproches y el cruce de acusaciones siguen siendo una constante en la que ya es la huelga de basura más larga de la historia de la ciudad.

Actualmente hay acumuladas casi 3.500 toneladas de basura en las calles y, según alerta el presidente del comité de empresa, Antonio Bazo, «ya empiezan a verse ratas en algunas zonas como el Polígono de San Pablo». La cifra supera la cantidad registrada en la huelga de Granada. No obstante, el vicepresidente de la empresa, Maximiliano Vílchez, aseguró ayer que el riesgo sanitario «sigue siendo bajo». «El impacto visual es bastante importante debido a las bolsas acumuladas y puede causar sensación subjetiva de riesgo mayor que el riesgo real», matizó. Los montones de basura, sin embargo, sí están causando problemas en el tráfico. Tanto que la Delegación de Movilidad instó a retirar la basura en medio centenar de calles y a redistribuir los servicios mínimos «con el fin de garantizar la libre circulación de vehículos y personas».

En cuanto a la quema de contenedores, el Ayuntamiento los cifró en 70, además de otro medio centenar desplazados o volcados dificultando el tráfico. Ayer ardieron más de diez en la zona de Miraflores. El coste de todos estos desperfectos asciende a 200.000 euros, según fuentes municipales. En este punto, Bazo indicó que los trabajadores han mantenido contactos con mandos policiales y, según subrayó, «no hay ningún indicio de que estos actos hayan sido cometidos por empleados de Lipasam».

Balances aparte, el comité de empresa mostró su malestar por que, según denunció Bazo, «se está utilizando el servicio mecanizado de limpieza para recoger la basura». «Esto es el colmo, ya que el Ayuntamiento no se sienta a negociar, pero sí ordena a la dirección que utilice este servicio», remarcó. El colectivo interpondrá una denuncia porque «esto supone un incumplimiento de los servicios mínimos». Por su parte, el Consistorio matizó que se están cumpliendo los servicios mínimos, aunque la propia Consejería de Economía establece la necesidad de «extremar la limpieza en los alrededores de los contenedores, así como en las cercanías de los centros sanitarios, colegios, residencias de mayores, mercados, lonjas municipales y mataderos».

Los empleados se sienten fuertes y, tal y como remarcó Bazo, «tenemos claro que no vamos a doblegarnos» porque consideran que sus reivindicaciones «son justas». De hecho, apuntó que están recibiendo «llamadas de apoyo» de asociaciones vecinales y de consumidores, que «tachan de irresponsable al Ayuntamiento por no llegar a un acuerdo».

El representante sindical también aseguró que los servicios mínimos «se están cumpliendo, como todos los días», incluido en el área de talleres, donde fueron ampliados al 30 por ciento por el TSJA. Sin embargo, Bazo recordó que esta circunstancia no se traduce en una menor cantidad de basura porque «los vehículos que salen son los mismos».

Precisamente, el juez ha citado mañana a la dirección de la empresa y a los representantes de la Junta para ratificar, modificar o suprimir las medidas cautelares referidas a los servicios mínimos.