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Nadal: parar para volver más fuerte

El balear no está en Wimbledon y no participará en los Juegos de Tokio siguiendo su plan de los últimos años: cuidar su cuerpo para alargar su carrera lo más posible

Rafael Nadal
Rafael NadalLa Razón

Cuando Nadal irrumpió como un torbellino en el circuito apenas tenía 18 años. Cuando ganó su primer Roland Garros acababa de cumplir 19 y a finales de ese 2005 tuvo una lesión en el pie y empezó a escuchar eso de: “Va a tener una carrera corta”. Pero 16 temporadas después ahí sigue, convertido en uno de los tenistas más importantes de la historia, en una leyenda con 20 títulos de Grand Slam, y siendo todavía uno de los mejores jugadores del momento a sus 34. Cuando ganó el Conde de Godó el pasado abril, repitió lo que ya ha ido diciendo otras veces a lo largo de una trayectoria deportiva en la que ha conseguido más de 1.000 triunfos. “Durante muchos años, me han dicho que tendría una carrera corta por mi estilo de juego. Al final creo que todavía estoy aquí, capaz de luchar por los títulos más importantes. Amo el tenis y estoy muy orgulloso de lo que logré”, afirmó el tenista balear, que ha sabido evolucionar, por su trabajo y por los consejos de los que le rodean, para seguir siendo competitivo y para mejorar día a día. “Sin todas las personas que han estado a mi lado, nada de esto hubiese sido posible”, dice Rafa en #MejorConectados, una iniciativa de Telefónica que tiene como fin poner en valor el poder de las conexiones humanas, en la que participan también otros personajes de la talla del chef Ferran Adrià, la nadadora paralímpica Teresa Perales, reciente ganadora del Princesa de Asturias; o el triatleta cinco veces campeón del mundo Javier Gómez Noya, que explican lo que podemos llegar a hacer cuando estamos conectados con otras personas y donde también podrás aprender de expertos como Perico Delgado, Pablo Laso, María Zabala y muchos más.

 

Nadal habla en su testimonio de #MejorConectados de ocho personas que le han influido decisivamente durante su carrera. Dos de ellos son sus actuales entrenadores, Carlos Moyá y Francis Roig, que siempre destacan del tenista zurdo su capacidad para escuchar a los que le rodean. Y, entre todos, hace tiempo llegaron a la conclusión de que, para alargar su vida deportiva, Rafa tenía que ser un poco más agresivo en la pista, acortar los puntos para desgastarse menos. Dirigió su tenis en ese sentido. Una transformación para crecer y ser todavía mejor. En su progresión, la idea que le ha guiado los últimos años ha sido saber entender a su cuerpo y poner el físico por delante de todo. El propio Nadal admite que no recuerda la última vez que jugó sin dolor, eso forma parte del deporte de élite, pero ha aprendido a parar a tiempo antes de romperse, para volver con más fuerza. Él sabe lo que es tomar decisiones dolorosas como la de no ir a los Juegos Olímpicos de Londres 2012, cuando era el abanderado español, por unos problemas en las rodillas. Cuando regresó tras medio año parado, lo hizo por todo lo alto, ganando rápidamente títulos, hasta 10 en 2013, incluidos Roland Garros y el US Open, lo que le llevó a recuperar el número uno del mundo.

No es la primera vez que, después de parar, vuelve para seguir ganando. Lo ha hecho tras cada lesión. En esta ocasión el cuerpo le ha dicho que lo mejor era no ir a Wimbledon ni a los Juegos Olímpicos de Tokio. Descansar y retomar la competición en agosto en la gira de pista dura por Estados Unidos, con el US Open como gran meta. El objetivo de Nadal es jugar sano, porque sabe que si lo consigue es competitivo y de esa forma llegarán los resultados. Mira con cuidado su calendario, selecciona más los torneos, pero cuando está es para darlo todo, porque así es como entiende el deporte.

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