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¿La clave del éxito? Arrojar luz sobre el talento oculto
El mundo corporativo parece una dimensión distante, alejada de nuestra vida privada y de nuestros intereses personales. En general, consideramos que en la oficina y despachos no somos los mismos que en casa o con nuestro círculo cercano. También, parece que los únicos que pueden vivir con placer su trabajo, son los artistas, o así lo idealizamos. Ellos sí que pueden disfrutar, hacer relucir su talento, explorarlo y explotarlo. Nosotros, seres grises, encamisados y forrados con americanas, parece que no
Esta brecha entre realidades es perjudicial tanto para el empleado como para la compañía. Con ello, no estoy diciendo que nos volvamos locos y perdamos la compostura, obviamente hay cosas que es mejor dejar en casa. Por supuesto que debe haber unas reglas básicas de respeto y comportamiento dentro de la empresa, pero esto no quita que sea importante acercar y compartir objetivos, habilidades y perspectivas que habitualmente encerramos en lo personal. Es el caso del talento, en él nos encontramos con las dos caras de la luna, la visible y la oculta.
Talento escondido y desaprovechado
A lo largo de mi carrera, he encontrado muchos perfiles que ejecutaban de forma correcta y hacían bien su trabajo pero que, claramente, hubieran podido dar mucho más si se les hubiera otorgado o permitido realizar otro tipo de responsabilidades. Por ello, es importante “descubrir” el talento que tenemos en las organizaciones y que a menudo, por diversos motivos, queda escondido y por lo tanto desaprovechado y sin posibilidades de desarrollo.
Por ejemplo, durante muchos años el foco del trabajo de los profesionales de la comunicación y las relaciones públicas se centró en los medios de comunicación y la creatividad se presuponía un terreno destinado a las agencias de publicidad. Sin embargo, gracias a la desaparición de los límites entre la publicidad y la comunicación en los últimos tiempos, por fin, se ha puesto sobre la mesa que la creatividad no es una parcela única de los publicitarios. De hecho, ha marcado un antes y un después en nuestro sector, impulsando el valor diferencial de las marcas.
Talento, no es solo creatividad. ¿Quién no tiene un compañero de trabajo que juega al fútbol o al pádel? Otros son expertos en botánica, ayudan en alguna ONG o estudian una carrera a distancia. Todos esos conocimientos y habilidades son útiles, y no deberían quedarse de forma exclusiva en el entorno privado. Jugar al fútbol supone trabajar en equipo, el interés por las plantas desarrolla el pensamiento científico y la memoria y, colaborar con una organización o asociación, resalta el compromiso de esa persona con la sociedad.
Éxito empresarial y personal
Conocernos de forma más cercana permite descubrir e iluminar talentos ocultos, lo que será clave para el éxito, tanto empresarial como personal. Por un lado, la compañía puede sacar ventaja estratégica de estos conocimientos y habilidades. Por otro, si se facilita e impulsa el desarrollo de estas, el empleado se sentirá realizado; feliz de trabajar en un entorno que le gusta y que le permite crecer en todas sus dimensiones, aumentando así su rendimiento y fidelidad.
Lo he visto en compañeros y amigos, pero también lo he vivido en mis propias carnes. Hace tiempo me resultaba inverosímil la idea de escribir un libro, yo ya había decidido ser director de marketing y comunicación, no quedaba lugar (¡ni tiempo!) para jugar a ser artista pero dentro de mi sentía que faltaba algo. Esto me llevó a buscar el tiempo (o rascarlo de donde no lo había) para sentarme, desenterrar un talento escondido y empezar a desarrollar la que ahora es mi primera novela: “¿Instinto o intuición?”. Un cambio de paradigma personal, la motivación tanto interna como externa y el apoyo e impulso por parte de mi actual compañía, lo hizo posible.
Vivir una vida no debe suponer renunciar a la otra. Si eres ingeniero, no significa que no puedas tocar en un grupo de música. Como personas y empleados, debemos eliminar esos miedos y dar lo mejor de nosotros en cada una de las acciones que desarrollemos, utilizando todo nuestro talento y sacando a la luz el que se encuentra en la sombra. Además, como líderes dentro de la compañía, debemos impulsar y apoyar a los empleados a lograr sus metas, tanto dentro como fuera de la empresa.
¿La clave del éxito? Estar atentos a esos talentos ocultos, que quizás sean invisibles hasta para los propios portadores. Como veíamos antes, conocerse y conocernos, ver cuál es la mejor forma de encajar las piezas, de encajar con nosotros mismos y con los demás, para lograr más con mucho menos esfuerzo. Para ello, lo primero es observar y escuchar. Recordad que estos talentos son tímidos y, por desgracia, todavía a muchos les gusta seguir en la oscuridad. Animémosles a salir poco a poco a la luz, busquemos un hueco para ellos en ambas caras de la vida: la personal y la profesional.
Paco Moreno, director de Marketing y Comunicación de UniversalPay
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