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Vivienda
Los tres errores más comunes al calcular una hipoteca y cómo evitarlos
Este cálculo es necesario pero no suficiente a la hora de escoger una buena hipoteca
La contratación de una hipoteca representa uno de los hitos financieros más significativos en la vida de una persona, y un paso en falso en este proceso puede tener repercusiones costosas. En efecto, a la hora de escoger un préstamo hipotecario, muchos compradores centran su atención únicamente en la cuota mensual. Según los especialistas del comparador financiero HelpMyCash, este cálculo es necesario pero no suficiente a la hora de escoger una buena hipoteca.
"Después de asesorar a numerosos compradores de vivienda a través de nuestra web, hemos identificado errores recurrentes en el cálculo de hipotecas. Aprender de estas experiencias puede marcar la diferencia entre una compra exitosa y desequilibrios financieros a largo plazo", señalan los expertos. En este contexto, advierten sobre los cinco errores más comunes al calcular una hipoteca y ofrecen una serie de consejos para evitarlos.
Sobreestimar la capacidad de pago
Uno de los errores más habituales a la hora de calcular una hipoteca consiste en sobreestimar la capacidad de pago. El Banco de España recomienda que la cuota de la hipoteca sumado a otras deudas no supere el 30% de los ingresos familiares netos. “Es importante considerar este ratio de endeudamiento no solo a la hora de calcular la hipoteca, sino también a la hora de escoger el precio máximo de la casa que se podría permitir. En HelpMyCash hemos desarrollado un simulador que permite hacer este cálculo”, apuntan los expertos.
Y aunque a priori puede parecer que un 30% de los ingresos es poco, especialmente si se compara con el porcentaje de la nómina destinada al alquiler, cabe tener en cuenta que ser titular de una propiedad acarrea una serie de gastos adicionales que se deben tener en cuenta, como el impuesto de bienes inmuebles (IBI), los gastos de comunidad o las posibles derramas.
No considerar el coste de los productos vinculados
Otro de los errores más comunes es centrarse únicamente en la cuota mensual, sin tener en cuenta otros productos vinculados a la hipoteca, como los seguros de hogar y vida. Y es que la mayoría de los préstamos hipotecarios ofrecen un tipo de interés bonificado a cambio de contratar estos productos adicionales, cuyo coste varía en función de las características de la vivienda y el perfil del prestatario.
Según HelpMyCash, un seguro de vida puede valer entre 150 y 400 euros al año al principio, y su precio tiende a aumentar en cada renovación anual. Por eso, es fundamental tomarlos en cuenta a la hora de calcular los costes de la hipoteca, especialmente porque si el hipotecado decide darlos de baja en el futuro, perderá la bonificación del interés y su cuota subirá.
No prever posibles cambios en la situación financiera
Por último, pocos compradores consideran la posibilidad de que su situación financiera cambie en el futuro. La pérdida de empleo, el nacimiento de un hijo o un cambio inesperado en el nivel de ingresos pueden modificar la cantidad de dinero disponible para pagar la cuota hipotecaria. Esto refuerza la importancia de no superar el ratio de endeudamiento del 30%, de forma tal que exista margen para responder ante estos imprevistos.
Asimismo, los expertos recomiendan no destinar la totalidad de los ahorros para pagar la entrada de la hipoteca (que suele ser del 20% del precio del inmueble), más los gastos hipotecarios (que suelen ser del 10%); sino guardar un colchón de ahorros para emergencia, que permitan sostener el pago de la cuota en caso de imprevistos.
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