Movilidad

Amantes de los rallies, atentos a este Lancia Fulvia 1600 HF de 1972

El encanto infinito, la sofisticación y la herencia de los rallies hacen de este modelo una pieza única.

Lancia Fulvia 1600 HF de 1972
Lancia Fulvia 1600 HF de 1972Lancia

Lancia es una marca italiana con más de 100 años de historia, y el coupé Fulvia de la compañía fue un frecuente campeón de rallies en su día.

La Lancia actual es una sombra de lo que fue, ya que se ha reducido a la venta de un hatchback de cinco puertas que se parece a un Fiat 500, pero menos bonito. Antes de eso, la mayoría de los productos de Chrysler eran modificados para el mercado italiano, incluyendo el 300 (como Lancia Theta) y el monovolumen Voyager. Pero si retrocedemos lo suficiente en el tiempo, encontraremos coches llenos de elegancia y sofisticada ingeniería. Y este Lancia Fulvia HF de 1972 es una de esas máquinas especiales. Cuando se presentó en 1965, casi todo en el Fulvia era revolucionario. Era un coche de tracción delantera con un V-4 inclinado de ángulo estrecho bajo el capó, y venía con frenos de disco en las cuatro esquinas.

Lancia Fulvia 1600 HF de 1972
Lancia Fulvia 1600 HF de 1972Lancia

Este ejemplo en particular es un modelo S2 posterior con el motor V-4 de 1,6 litros más grande y una transmisión manual de cinco velocidades. La denominación HF corresponde a “High Fidelity” (alta fidelidad), el apelativo que reciben los Lancias más deportivos. En el mismo año en que se construyó este coche, un Fulvia HF ganó el Rally de Montecarlo. Es un coche pequeño, pero dejó grandes huellas que llenar: La continuación de Lancia fue el poderoso Stratos.

Lancia Fulvia 1600 HF de 1972
Lancia Fulvia 1600 HF de 1972Lancia

Las características que hicieron del Fulvia un sólido competidor en las etapas especiales de los rallies hacen que sea un coche clásico que resiste el uso habitual. El propietario de este coche señalaba que se le han hecho algunas revisiones recientes, como la sustitución del retén trasero, el embrague y los soportes del motor y de la transmisión, pero la mayor parte de la historia es el kilometraje.

A pesar de ser un poco más largo que un Mazda Miata de primera generación, el pequeño Lancia es muy estable a velocidades de autopista. El manejo en las curvas es hábil y predecible, y los frenos son excelentes. El V-4 emite una banda sonora inusual pero satisfactoria, y la posición de conducción erguida permite una visión clara.