Coronavirus

El “resistiré” del ocio: menos aforo, cartas con código QR y sin metálico

Los empresarios reclaman apoyo. Asumen que con la reducción de la demanda y el aforo no podrán mantener a su actual plantilla: «No queremos que los políticos hagan nuestro trabajo porque no saben»

Imágenes del centro de Madrid con terrazas semivacías días antes del anuncio del estado de alarma
Imágenes del centro de Madrid con terrazas semivacías días antes del anuncio del estado de alarmaJesus G. FeriaLa razon

Son el alma de todo el país, el emblema de un estilo de vida que nos diferencia del resto del mundo. Son el lugar para encontrarse con los amigos, para evadirse de las preocupaciones del trabajo o, por qué no, para encontrar el amor. Una gran parte de la historia personal de los españoles se ha escrito en los bares, los mismos que ahora están en peligro por la crisis sanitaria que ha venido de la mano del brote de coronavirus y que no parece que vaya a esfumarse de un plumazo cuando se acaben las medidas de confinamiento. Por eso, sus propietarios, una inmensa parte de ellos autónomos o dirigentes de pequeñas y medianas empresas, lanzan un grito de auxilio a la administración y reclaman medidas concretas en forma de rebajas fiscales y ayudas. Pero, entre tanto, no dejan de pensar en cómo será la vuelta a la normalidad, un panorama que se antoja incierto. Entre tantas dudas hay varias cosas que muchos ya han asumido: cambiarán las normas básicas de higiene y habrá reducciones de aforo que esperan que se vayan suprimiendo de forma gradual.

«La vuelta va a ser difícil, pero hay que ser prudentes. Vamos a esperar las recomendaciones de las autoridades sanitarias, pero podemos ayudar ofreciendo ideas», afirma Javier Olmedo, gerente de la asociación madrileña La Noche en Vivo. Por ejemplo, en algunas zonas del país ya se habla de ubicar un código QR a la entrada de los restaurantes para leer la carta y evitar así que la versión física pase de mano en mano. Los expertos advierten que también se registrará una caída en el pago con efectivo ya que los billetes y las monedas son un importante foco de contagio.

Olmedo gran conocedor del negocio del ocio y de la restauración, confiesa que afronta los meses que vienen con pocas certezas. «Parece que la reducción del aforo va a ser una realidad, pero eso va a traer consigo la pérdida de puestos de trabajo. Habrá menos movimiento económico y menos demanda, por lo que se va a producir una importante destrucción de empleo en un sector integrado en gran parte por gente joven», añade. Además, no olvida que la crisis económica que se avecina va a afectar a todo el país y, por tanto, la capacidad adquisitiva de sus clientes también va a caer.

«Necesitamos herramientas»

Esta idea la comparte Óscar Lucas, presidente de la Asociación de Empresarios de La Latina (Adela): «Soy optimista, creo que lo que necesitamos son herramientas. Vivimos en España, esto en cuatro días se nos habrá olvidado y volverá la alegría». Sin embargo, este planteamiento no impide que mantenga una postura crítica con la gestión del Gobierno: «Aunque hayan hecho sus deberes con los empleados, ahora viene el ejercicio complicado, que es darnos herramientas para volver a la normalidad». De momento no lo han hecho.

Su previsión para el verano es que, en el caso de que puedan abrir, sobrevivirán aquellos negocios que cuenten con terraza. «No queremos que los políticos hagan nuestro trabajo porque no saben. Tienen que dejarnos hacer a los que hemos sido capaces de crear trabajo y riqueza. No saben lo que es llegar al día 30 y tener que pagar impuestos, facturas, nóminas y presentar cuentas de resultados».

Como en todo, para hacernos una idea aproximada de lo que nos espera cuando volvamos a las calles basta con echar un vistazo a la gestión que están haciendo otros países más avanzados en la lucha contra el Covid-19. Como es lógico, el ejemplo más esclarecedor es China. Allí, apenas cuatro meses después de que la enfermedad empezase a golpear con más fuerza, ya han reabierto las discotecas. Eso sí, las medidas de higiene se extreman y los geles desinfectantes ya han ocupado el sitio de las pajitas en las barras. Es más, los que ya han ido recuperando poco a poco su rutina (y eso incluye las salidas de los fines de semana), asumen que en los lugares donde normalmente se producen aglomeraciones deben guardar una inusual distancia de seguridad. En algunos locales incluso exigen el uso de equipos de protección individual (epis). De momento, y a tenor de los datos que China lanza al resto del mundo, parece que el método funciona. Pero, ¿es viable ese modelo en España?

Olmedo pone como ejemplo las salas de música en directo. Por sus particularidades, parece que pertenecerán al último grupo que reciba el visto bueno para volver a levantar la persiana y, además, a esto se une otro problema añadido: la reducción en el número máximo de espectadores puede hacer que esta actividad no sea viable para los promotores desde el punto de vista económico. «Conlleva más gastos y su gestión es más complicada. Por si fuera poco, trabajamos con muchos meses de antelación para confeccionar la programación», detalla que insta al Gobierno a hacer un esfuerzo para elaborar unos «planes mínimos de reapertura». Entre tanto, el baile de fechas continúa: se ha hablado de junio, septiembre, e incluso 2021.