Primavera 2022

Ayuso, de presidenta a baronesa: las tres razones que explican su candidatura al PP de Madrid

La líder regional ha esperado a tener bien definida la estructura de su Gobierno y encauzadas las prioridades de este curso político para fijar su hoja de ruta hasta el Congreso regional

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, durante la constitución de la XII Legislatura en la Asamblea de Madrid
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, durante la constitución de la XII Legislatura en la Asamblea de MadridAlberto R. RoldánLa Razón

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, quiere liderar también el PP de la región. Era el escenario con el que ya contaban todos los actores políticos, tanto dentro como fuera de la formación de centro derecha. Ella misma ya había dejado entrever que ése era su objetivo y, también, la solución más lógica para renovar la dirección del PP madrileño. Ahora, tras su incontestable victoria en las elecciones del pasado 4 de mayo y después de haber configurado su Gobierno y establecido las prioridades para el curso que arranca esta semana, ha tenido el tiempo necesario para madurar la decisión. Y la conclusión de esta reflexión ha sido clara: dará el paso y compatibilizará su responsabilidad institucional con la orgánica al frente del PP. Fuentes próximas a la presidenta lo confirman así a LA RAZÓN.

En principio, el Congreso regional del PP de Madrid se celebrará en primavera. Será el último de la ronda de congresos y, por tanto, la madrileña la última de las direcciones en ser renovadas. Una decisión que, fuentes de la formación en Madrid, circunscriben al hecho de que el presidente nacional, Pablo Casado, quiera escenificar en la comunidad de la que es militante la puesta a punto del partido de cara a los siguientes procesos electorales: comicios autonómicos y municipales el cuarto domingo de mayo de 2023 y las generales en el momento en el que Pedro Sánchez decida. Actualmente, la dirección del PP de Madrid está en manos de Pío García Escudero. Es su presidente desde 2018, cuando Génova le situó en este cargo en sustitución de Cristina Cifuentes, que había dimitido a raíz del Caso Máster. La diputada en la Asamblea de Vallecas y senadora por designación autonómica, Ana Camíns, es la actual secretaria general.

Tras tener clara la decisión, la única duda de Ayuso giraba, hasta este martes, en torno a los tiempos para realizar el anuncio de manera pública. Este miércoles, después de la primera reunión del Consejo de Gobierno del nuevo curso, comparecerá ante los medios y, con toda probabilidad, tendrá que contestar a algunas preguntas sobre esta cuestión.

El 44% que lo explica todo

Son varias las motivaciones que ayudan a explicar esta decisión. En primer lugar, la norma implantada en los territorios en los que el PP preside el gobierno autonómico. Esto es, ser presidenta del PP de Madrid supone que Ayuso asuma la máxima responsabilidad en el partido en igualdad de condiciones y de la misma manera que sucede en Andalucía con Juanma Moreno, en Murcia con Fernando López Miras, en Castilla y León con Alfonso Fernández Mañueco y en Galicia con Alberto Núñez Feijóo. También supone dar continuidad al modelo que encarnaron presidentas madrileñas como Esperanza Aguirre y Cristina Cifuentes.

En segundo lugar, es imposible desvincular el paso al frente de Ayuso del resultado que arrojaron las urnas el 4 de mayo. El PP se quedó al borde de la mayoría absoluta, con más votos y escaños que las tres formaciones de izquierdas juntas. Y sin casi dependencia respecto a Vox. El 44,7% de los votos que logró el 4-M es, de hecho, el segundo mejor resultado obtenido por los populares recientemente, sólo tres puntos por detrás del cosechado por Feijóo.

Y en tercer lugar, es necesario tener también en cuenta la trayectoria de la propia Ayuso dentro del PP de Madrid. Una militancia de 17 años que le ha permitido conocer el partido por dentro, recorrerse la inmensa mayoría de los 179 municipios y desempeñar todos tipo de responsabilidades. Ahora, tras dos años como jefa de la Puerta del Sol su popularidad no ha hecho más que crecer, aupada por su particular estilo de ejercer el poder, su gestión de la emergencia sanitaria –con un mayor equilibrio entre el combate frente al virus y el mantenimiento de la actividad económica– y el contrapeso que representa con respecto al Gobierno de Pedro Sánchez. En su equipo creen que una parte de su éxito se asienta en el logro de haber trascendido los límites tradicionales del PP. Haber ensanchado su base electoral mediante «votos prestados», algunos de ellos procedentes incluso de formaciones de izquierdas.

El cambio de Génova

La decisión de Ayuso cierra el debate abierto en los últimos meses en torno a la vía por la que debe optar el PP de Madrid para su futuro. Nadie en la formación espera que pueda concretarse en los próximos meses una candidatura alternativa a la de Ayuso. En junio, la dirección de Pablo Casado respaldó por primera vez, en boca del secretario general del PP, Teodoro García Egea, la posibilidad de que Ayuso presida el partido en la región. El número dos de Pablo Casado aseguró, al ser preguntado si debería presidir el PP madrileño o Díaz Ayuso o Camíns, que él no tiene capacidad de votar en Madrid, pero que, siendo las dos «excelentes políticas», Díaz Ayuso es «un referente de primer orden, no sólo en Madrid». Y agregó: «Si yo fuera afiliado lógicamente mi total apoyo a la presidenta Isabel Díaz Ayuso, que ha demostrado que trabajar con firmeza, y trabajar por las personas en su santo y seña».

Un posicionamiento que contrastó con el que él mismo y otros responsables de la dirección nacional habían apuntalado durante meses, al sostener la tesis de que no podían «apoyar a nadie» porque son los afiliados los que deben decidir. Desde el entorno de la presidenta ponen en valor el apoyo de Casado a Ayuso. Tanto en 2019, cuando la propuso como candidata a la Comunidad de Madrid, como ahora. Y subrayan también que, posiblemente, nunca había existido una relación tan buena entre el presidente del PP a nivel nacional y la persona que dirige el Gobierno en Madrid como la que mantienen en la actualidad Casado y Ayuso.

Presidentes autonómicos PP
Presidentes autonómicos PPAntonio Cruz

Solo hay dos vías: lideresa o bicefalia

En el seno del PP de Madrid, durante los últimos meses, se han enfrentado dos visiones poco compatibles en torno a cómo debía articularse su nueva dirección. Un debate de modelo, detrás del que, sin embargo, también subyace el reparto de poder en la plana mayor del PP madrileño y en las sedes de los 21 distritos de la capital y de los otros 178 municipios de la región. En esta discusión, de un lado, se encuentran aquellos que apuestan por la continuidad de la estructura bicéfala actual. Similar a la del PNV o a la que el propio PP tuvo en la etapa anterior a la llegada de Esperanza Aguirre a la primera planta de la calle Génova. Que pasaría, en la práctica, por dar continuidad a lo que existe en este momento. Con un presidente dedicado de forma exclusiva a lo que sucede en el partido. Este sector apostaba por mantener la estructura de un líder que no ocupe ni la Presidencia regional ni ninguna alcaldía. Entre sus argumentos a favor, destacan que esta dedicación en exclusiva permite tener a punto el partido y ponen como ejemplo lo sucedido en la campaña del 4 de mayo, en la que se consiguió una movilización de las bases y una conexión con la calle con pocos precedentes en la historia popular más reciente. El alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, siempre ha apoyado esta vía.
Frente a ellos se encuentran quienes consideran lógico que Ayuso, como Aguirre o Cifuentes, sea la próxima presidenta del partido en la comunidad autónoma. Son fundamentalmente dos los argumentos de los que apoyan la conveniencia de que Díaz Ayuso dé el paso. En primer lugar, lo sucedido el 4 de mayo. Y no es menor la influencia que en este proceso tiene el resultado de las urnas, especialmente en comparación con otros barones populares que están al frente de la formación con un porcentaje de votos muy inferior (ver gráfico) al cosechado en Madrid. En segundo término, advierten del agravio comparativo que supondría respecto a lo que ocurre en el resto de comunidades autónomas en las que los populares gobiernan, tanto en coalición con Ciudadanos, como en Galicia, la única junto a Madrid con un Ejecutivo monocolor del PP.