Madrid

Almeida y Villacís se la juegan en un mes decisivo: cuenta atrás en Cibeles

Comienza la cuenta atrás para ambos: el primero intentará aprobar sus cuentas; la segunda la ordenanza de terrazas

Begoña Villacís observa la intervención del alcalde, José Luis Martínez-Almeida, en la última sesión plenaria del Ayuntamiento
Begoña Villacís observa la intervención del alcalde, José Luis Martínez-Almeida, en la última sesión plenaria del AyuntamientoCézaro De LucaEuropa Press

En Cibeles, los exámenes «caen» en Navidades, no en verano. El alcalde y la vicealcaldesa finalizarán el año enfrentándose a a sus respectivas pruebas finales: José Luis Martínez-Almeida y los presupuestos para 2022; Begoña Villacís, y la ordenanza de terrazas.Dos proyectos que urgen y sobre los cuales se sustenta el futuro de la ciudad. El primero, por incluir, entre otros muchos aspectos, una nueva e importante rebaja fiscal; el segundo, por suponer un espaldarazo a un sector, el hostelero, especialmente azotado por la pandemia e imprescindible para el tejido económico de la capital. En ambos casos, los líderes de Cibeles precisan de una muleta más allá de PP y Cs. El futuro es incierto y, a día de hoy, también dispar.

Cuentas sin «socio preferente»

Ayer mismo, Martínez-Almeida y el líder de Vox, Javier Ortega Smith, protagonizaron un nuevo encontronazo en redes sociales. Es el último episodio de un desencuentro que, al menos a día de hoy, tiene difícil arreglo. Con un «que le vaya bonito, con nosotros no cuente», Ortega Smith acabó su alocución en el último Pleno ordinario y dejó clara la postura de su partido: su «no» rotundo a las cuentas municipales para el año que viene... salvo que se produzca una negociación con «luz y taquígrafos». Una negociación que pasa por derogar la nueva ordenanza de movilidad, Distrito Centro, continuación del Madrid Central de Carmena y que salió adelante gracias a los votos de cuatro ex ediles de Más Madrid, que conforman el Grupo Mixto bajo la marca Recupera Madrid.

En juego, más de 600 millones: 418 de las propias cuentas, a los que hay que añadir 200 más pertenecientes a los fondos europeos de recuperación. Según el Área de Hacienda y Personal que lidera Engracia Hidalgo, estas son las sumas que se perderían en el caso de que no haya acuerdo y se tengan que prorrogar para el 2022 las cuentas de este año en curso. De hecho, señalan que la rebaja fiscal de más de 60 millones, ya anunciada por el Consistorio, se vería comprometida. Lo mismo sucedería en el capítulo de inversiones, con grandes proyectos de ciudad como la cubrición del ámbito del Calderón o la peatonalización de Sol. Y muy importante: las escasas subvenciones nominativas que concede el Ayuntamiento a entidades como Cáritas y Cruz Roja, con miles de personas que precisan de su atención, también corren el riesgo de evaporarse.

Además del «no» de Vox, desde el Ayuntamiento tampoco entienden que, según su versión, se hayan negado siquiera a negociar. Y más aún teniendo en cuenta que buena parte de las acciones que contemplan las cuentas pertenecen al acuerdo de investidura que se firmó con Vox, del cual se ha cumplido «un 80% del total». De hecho, sin excepción, el Ayuntamiento ha considerado a la formación verde como su «socio preferente» en la legislatura.

Por su parte, Vox acusó ayer mismo al alcalde de dramatizar. La concejala Arantxa Cabello descarta una «tragedia» en caso de prorrogar las cuentas, ya que, llegados a ese punto, solo habría «retrasos de un mes o dos como mucho» en algunas inversiones.

¿Puede usar Almeida de nuevo el comodín de Recupera Madrid? En esta ocasión, será mucho más difícil. Entre otras exigencias, los ex de Carmena rechazan la bajada del IBI impulsada por el PP. Y teniendo en cuenta que los «populares» han hecho de esa rebaja una de sus banderas, será casi imposible que den un paso atrás.

Esperanza por las terrazas

El segundo frente del Consistorio es el relativo a la ordenanza de terrazas. Y, si bien no es tan trascendente como el proyecto de presupuestos, la cuenta atrás no es menos apremiante: a partir del próximo 1 de enero decae la prórroga concedida por el Ayuntamiento para estos apéndices hosteleros. Menos de tres semanas, por tanto, en las que los dueños de bares y restaurantes se juegan su futuro. En este caso, se trata de un proyecto liderado por el Área de Coordinación Territorial, con Silvia Saavedra, de Cs, al frente. Tanto Saavedra como la propia Begoña Villacís recuerdan que, gracias a la extensión de las terrazas, han logrado salvarse alrededor de 6.000 empleos. Ahora bien, en frente cuentan con la oposición de algunas asociaciones vecinales, que consideran que la decisión atenta contra su derecho al descanso.

Presumiblemente, el 29 o el 30 de diciembre se debatirá en Pleno una ordenanza de la cual ya se han avanzado las líneas maestras. Todas aquellas «terrazas covid», autorizadas durante la pandemia en bandas de aparcamiento, se mantendrán durante dos años más salvo que se encuentren en alguna de las «zonas prohibidas» por el Consistorio: Zonas de Protección Acústica Especial (ZPAE), Zonas Ambientalmente Protegidas (ZAP) y zonas consideradas «tensionadas». Estas últimas, aún por determinar, serán aquellas que cumplan una serie de criterios acordes a su tránsito peatonal y a la ocupación de la calle. Por ejemplo, no se podrá instalarse ninguna terraza que ocupe más del 30% del espacio público.

¿Peligra esta ordenanza tanto como los presupuestos? A principios de mes, Saavedra y Villacís mantuvieron la cuarta y última reunión con los grupos municipales para debatir sus epígrafes. Con todos, menos con el PSOE. La formación liderada en Cibeles por Mar Espinar se levantó de la segunda mesa de negociación porque, aseguraban, el Ayuntamiento se negaba a sentarse con las asociaciones de vecinos y otros afectados. En ese sentido, desde el Consistorio señalan que, en la última reunión, estuvieron presentes, entre otras, organizaciones como la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos y la Asociación de Empresas de Restauración.

En cuanto a posibles «aliados» para sacar adelante la ordenanza, quizá el Ayuntamiento encuentre una vez más en los ex de Más Madrid un apoyo inesperado. José Manuel Calvo, uno de los ediles del Grupo Mixto, ha reconocido una «importante sintonía» con el Ayuntamiento. Sobre todo después de aclarar varias cuestiones en las mesas de negociación. Principalmente, las ya referidas a las zonas tensionadas, que se valorarán, dijo Calvo, de acuerdo a las mediciones que se realicen con sonómetros, su ocupación –en aceras de menos de seis metros no podrán ocupar más de un tercio de la misma– y, en definitiva, la saturación. Su grupo ha mostrado mucha más voluntad que Vox que, no hace muchas fechas, se refería a la vicealcaldesa en Twitter como «Begoña Terracís». Además, Ortega Smith ha asegurado que la ordenanza, tal y como está expuesta, peca de «inseguridad jurídica».

En todo caso, desde Coordinación Territorial hay esperanzas. Insisten en la filosofía del proyecto: se ha partido de una primera «aproximación» y, a partir de ahí, se ha querido escuchar a todos los implicados, incluidos los grupos municipales. Porque, sin consenso, no habrá ordenanza.