Gastronomía

Allegra, un italiano diferente en el radar

Marco Garí dirige este local en el que la pasta se hace a mano y se nota. Las buenas recetas que degustamos y el ambientazo nos obliga a volver

Marco Garí en el restaurante de la calle Velázquez antes del servicio
Marco Garí en el restaurante de la calle Velázquez antes del servicioGonzalo Pérez

Isabella’s Group nació en Barcelona dirigido por Isabella Heseltine y, a día de hoy, lo lidera su hijo, Marco Garí, al frente de un conglomerado formado por dos hoteles, seis restaurantes en la Ciudad Condal y otros dos en Madrid. Nosotros visitamos Allegra, un concepto situado en Velázquez, que no es que esté de moda, que va, ya que lo cierto es que ver a diario su comedor lleno se debe a su excelente calidad-precio. Nos cuenta Garí, que, como empresario del sector, es sabedor de que dar con la ubicación perfecta es vital y la citada calle del barrio de Salamanca, lo es. Más, si el establecimiento se encuentra justo enfrente del Hotel Wellington: «Buscamos ubicaciones emblemáticas, ya que en Barcelona nos conoce más la gente», explica al tiempo que insiste que el local posee la esencia del grupo. En éste, dar sentido al lujo accesible tan demandado es uno de sus pilares, de ahí el éxito del espacio en el que el precio medio ronda los 48 euros para disfrutar de una cocina italo-mediterránea. Recetas en las que en cada bocado se percibe la calidad del producto, además de la perfecta elaboración que jamás enmascara uno. Al revés, el cocinero huye de toda filigrana: «No nos gustan los platos superelaborados, ni complicados, ya que gastronómicamente hablando, somos más bien clásicos. Nos queremos diferenciar de la mayoría de italianos». El ravioli de espinacas con mantequilla y parmesano nos entusiasmó, una receta en la que es fácil darse cuenta de que la pasta se hace a mano cada día, se consume y no se guarda absolutamente nada para el día siguiente, y se nota. Seguimos, porque el papardelle a la bolognesa es otro platazo, que nosotros armonizamos con una copa de cava Oriol Rossell, gran elección entre las 70 referencias que descansan en la bodega. Lo es, porque el cocinero es de Bolonia y borda el plato al estar hecho con menos tomate de lo que estamos acostumbrados, ya que el original que se degusta en Bolonia es así de espectacular. Tanto como la milanesa de solomillo con huevo y trufa, que también probamos en nuestra degustación. Sin embargo, antes de disfrutarlo, abrimos boca con el obligado vitello tonnato de solomillo, porque es la misma delicia que se sirve en el bar Lombo, y con la berenjena a la parmigiana. Son preparaciones de éxito de una cocina «confort food» con platos que componen una carta de un máximo de 35 platos, que en cada visita observas que te quedas con antojo de probar uno o varios más, de ahí que siempre te quedes con ganas de volver. Más ahora, porque esta misma semana encontraremos once elaboraciones recién incorporadas de temporada. Entre ellas, los torteloni al tartufo con parmeggiano y trufa de verano, los ravioli de carne con una salsa de foie, el pollo deshuesado, supertierno y hecho a baja temperatura, y los linguine de cigalas. Una advertencia, no dejen de probar los platos de pasta rellena, bestiales: «Logramos que la gente tenga motivos para volver y encontrar platos nuevos manteniendo los clásicos».

Un bullicio necesario

Sólo podemos decir que aquí se come realmente bien, clave para querer siempre volver, pero también nos atrae el ambientazo que se respira en un espacio elegante con el bullicio necesario. Más a partir de los miércoles gracias a la música interpretada por un pianista, que se adapta a cada momento de la noche: «Nos gusta la rotación, que exista movimiento en el restaurante y que los comensales estén cerca entre sí. Queremos que pasen cosas, que surjan conversaciones entre los de una mesa y otra. Éstas puede que estén muy juntas, algo que trae cierta controversia, porque hay quienes prefieren disfrutar de una intimidad, pero nuestro deseo es que la gente venga a divertirse. Sin embargo, también contamos con otras pensadas para ellos».

Los sirven con trufa y mantequilla
Los sirven con trufa y mantequilla LRM

Para no perderse: Fettuccine

►Los sirven con trufa y mantequilla y son un auténtico disfrute, ya que están hechos a mano y se percibe. El bikini de porcheta es uno de los aperitivos a degustar, lo mismo que el steak tartar con salsa cipriani y los ravioli del Plin. Como plato fuerte, la milanesa con tomate y parmesano.