
Teatro
Atalaya celebra sus 40 años sobre los escenarios con «Divinas palabras» de Valle Inclán, en Canal
La compañía andaluza retoma la obra de ambiente rural, que ya adaptó a finales del siglo pasado, en una nueva y grotesca versión

Avaricia, lujuria y muerte. Son los tres elementos dramáticos sobre los que gira una de las grandes obras teatrales de Ramón María del Valle-Inclán, Divinas palabras, que en versión de la prestigiosa compañía andaluza Atalaya, dirigida por Ricardo Iniesta, se presenta en Teatros del Canal de la Comunidad de Madrid del 1 al 4 de mayo.
El espectáculo tiene un sentido de celebración, pues con él Atalaya festejaba sus 40 años sobre el escenario, que cumplió en 2023. Y lo hacía precisamente con un autor y una obra que constituyó, a finales del siglo pasado, uno de los grandes éxitos de su trayectoria, llegando a presentarse en Pekín, Miami, Caracas o París y otras 150 ciudades del mundo, y que obtuvo el Premio Ercilla, entre otros galardones.
La nueva versión que exhibe en la Sala Roja Concha Velasco se hace eco de la evolución de la compañía andaluza, que está representada en la voz, tanto en el tratamiento del texto como en los cánticos que interpretan en vivo los actores generando una enorme fuerza emocional.
Con este montaje, Atalaya regresa al lenguaje grotesco y cruel que tantas satisfacciones le ha dado. Valle-Inclán es uno de sus referentes estéticos y a lo largo de su carrera, la compañía ha escenificado a autores que ejercieron notable influencia en el genial dramaturgo gallego, especialmente Shakespeare o Fernando de Rojas (con su Celestina), al tiempo que los actores y el director de Atalaya han bebido del legado de decenas de prestigiosos maestros internacionales con los que se han formado estos años.
Este aprendizaje ha propiciado que la compañía vuelva a Divinas palabras, pero en otra dimensión. En esta ocasión, la premisa ha sido poner en primer término la palabra de Valle, así como el universo tenebroso y mágico que subyace en la obra, pero alejándose de muchos conceptos que predominan en las puestas en escena de la misma, incluyendo la anterior del propio grupo.
Escrita por Valle-Inclán en 1919, Divinas palabras supone la cumbre del “teatro bárbaro” y “siniestro” de Valle. El tema central es la avaricia, la lujuria y la muerte, que muestra con tremenda crueldad, en clave grotesca, la miseria humana encarnada en la familia de un sacristán de aldea, pero que bien puede extrapolarse a nuestra realidad más cercana.
A lo largo del texto, Valle-Inclán utiliza un innovador lenguaje poético y simbólico, y sus personajes son representativos de la decadencia moral y social. La obra aborda cuestiones como la religión, la violencia y la desigualdad, ofreciendo una crítica mordaz de la sociedad de su tiempo, y también del actual.
La compañía andaluza utiliza un elemento escénico en clave minimalista, como único recurso escenográfico. En este caso, una decena de enormes conos –de más de tres metros de altura- con algunas réplicas de menor tamaño. Iluminados desde el interior se genera un mundo mágico y por momentos inquietante.
La crítica ha alabado este espectáculo “vibrante y emotivo”, con “un mensaje muy sensorial y plástico en el que la profusión de coreografías y partituras encandila al espectador”, según La Nueva España. En otra crítica se destaca que “Divinas Palabras que trasciende lo teatral para convertirse en una experiencia sensorial y emocional única. Una representación que logra capturar no solo el espíritu original de Valle-Inclán, sino también dotarlo de una gran fuerza que impacta al espectador”.
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