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Choque
La última etapa de la Vuelta Ciclista a España terminó en Madrid entre reproches políticos. La presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, acusó directamente a Pedro Sánchez de alentar las protestas propalestinas que interrumpieron la carrera y provocaron escenas de tensión en las calles de la capital.
“Lo que consiguió la kale borroka alentada por Pedro Sánchez y sus ministros: familias y niños corriendo y llorando. Esto no es Madrid”, escribió la presidenta madrileña en su cuenta de X.
Ayuso, que siguió la etapa final en coche junto al director de la carrera, Javier Guillén, denunció que el presidente “lanzó fuego contra esta situación” en lugar de pedir calma. “Claro que hay que protestar libremente, pero hay muchísimos sitios para hacerlo. No coaccionar a los ciclistas ni al deporte en general. Esto va contra el deporte, contra la libertad, contra España, contra nuestra imagen”, afirmó.
La líder madrileña sostuvo que Sánchez usó la protesta como maniobra política: “No hay derecho, un presidente tiene que llamar a la convivencia, no utilizar la situación para cambiar las portadas y el mensaje en tertulias”.
Para Ayuso, lo ocurrido en la Vuelta es un boicot que trasciende lo deportivo: “Te puedes manifestar en miles de sitios, pero no puedes jalear protestas que acosan al deporte y boicotean un día precioso para todos los españoles”.
En la misma línea, el consejero de Presidencia del Gobierno autonómico, Miguel Ángel García Martín, criticó que el Gobierno haya preferido que "ganen los violentos". Y cargó contra los que "han puesto en riesgo la vida de corredores y espectadores para tapar sus propias vergüenzas". También acusó a Sánchez y al delegado del Gobierno de lo ocurrido: "Son los responsables".
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