28-M

Begoña Villacís: «Muy pocos políticos habrían rechazado la alcaldía dos veces»

Hay una palabra recurrente en su programa y en su ideario: lealtad.Uno de sus mejores avales, afirma, son sus principios. «Exijo lo que doy»

Queda menos de una semana para las elecciones. Las encuestas no son favorables a la candidata de Cs. Pero hay algo que Begoña Villacís tiene claro: ella es el antídoto contra los extremismos.

Todos conocemos las encuestas para el 28-M, pero me gustaría saber qué dicen las suyas, lo que palpa usted.

La mayoría nos dan dentro y que somos decisivos. Eso es gratificante. Hemos trabajado mucho en cuatro años y gestionado bien las áreas que hemos tenido, que son las que han llevado a cabo la transformación de Madrid: Urbanismo, el desbloqueo de la ciudad, áreas como economía... Hemos sido la primera ciudad en superar la pandemia y hemos sido innovadores. Y eso tiene que ver con cómo somos como partido: transformador e inconformista. Y luego, hemos sido leales. En tiempos en los que la gente es cada vez más escéptica con la política, una candidata ha dicho que no a la alcaldía dos veces por mantener su palabra. Es una rareza. La gente está deseando encontrarse con políticos que sean leales, responsables, que tengan palabra y nosotros estamos ofreciendo todo eso. Y es verdad que en otros sitios a lo mejor no estamos tan bien, pero en Madrid, estamos fuertes y yo lo siento cuando salgo a la calle.

Su campaña ha girado en torno precisamente a esa palabra, a la lealtad. Incluso en su eslogan. Madrid es de Villa. Muchos lo interpretamos como una clara alusión a sus ex concejales, o incluso a Almeida.

Prefiero definirme por lo que soy yo. La palabra que se pierde no se recupera. Cuesta mucho ganarse la confianza de la gente y cuesta muy poco perderla mintiendo o traicionando tus principios. He tenido la oportunidad de que se me pusiera delante la situación más atractiva del mundo, pero he mantenido mi palabra. No sé lo que haría el resto, ni qué habrían hecho el resto de los candidatos de haber estado en mi lugar. Yo sé lo que he hecho y me siento muy orgullosa porque, al final, por encima de la política, llego a mi casa y tengo tres hijas y quiero que se sientan orgullosas de mí como madre.

Esa esa oferta de ser alcaldesa... ¿Se ha arrepentido de decir que no?

Si se me presentarse la situación otra vez, volvería a decir lo mismo. Es una cuestión de integridad y la pongo por encima de otras cosas. No creo que haya muchos políticos en España que hubiesen dicho en mi lugar que no. Y por eso la gente es cada vez más desconfiada con los políticos.

De estos cuatro años de gobierno en coalición con el PP, ¿cambiaría algo por su parte?

En relación con el PP, creo que hemos manejado bien, más o menos, el Gobierno. Pero quizás debería haber sido más expresa en lo que significa para mí la lealtad. Lo ocurrido a última hora no ha estado bien. Tuve la oportunidad en el año 2019 de presentarme también con concejales del PP. Y no lo hice porque pensé: «Tenemos que gobernar». Yo esto no lo vivo con dolor, porque, la verdad, he tenido a los mejores concejales. Los mejores se podrían haber ido y los mejores de Cs están conmigo, una candidatura de gente con integridad demostrada. Yo no lo hubiese hecho en su lugar, pero también sé que tengo una manera de ser y, a lo mejor, no todo el mundo es así. Pueden preguntar al ex presidente de mi partido, Albert Rivera, y dirá que soy una persona leal. Quizás, exijo aquello que doy.

Hablemos de propuestas. ¿Cuál sería la primera medida que tomaría la alcaldesa Begoña Villacís?

Me gustaría sacar adelante el presupuesto, y las ordenanzas y normas y urbanísticas en los cien primeros días. Y bajar los impuestos a los madrileños. Ahí tardaríamos un poco, porque hay que elaborar las ordenanzas fiscales. Quiero eliminar la plusvalía municipal mortis causa, es decir, el Impuesto de Sucesiones municipal. Ahora mismo, cuando heredas, a nivel autonómico, no hay Impuesto de Sucesiones, pero tienes que pagar un auténtico pastón por heredar la casa de tus padres, algo que es increíble. En cuanto a las normas urbanísticas, buscamos un hito con el desbloqueo de la ciudad de Madrid, lo que permitiría regular las «cocinas fantasma» o los apartamentos turísticos. Me permitiría abundar en el factor verde dentro de lo que es la construcción, algo que está pidiendo el sector a gritos. La irracionalidad de Vox, no diré Vox, de Ortega Smith, impide que salga adelante. Y es fundamental. Luego lanzaría mis grandes proyectos. No voy a esperar dos años para inaugurarlos: quiero empezar a tapar ya el puente de Ventas a la altura de Salamanca y Ciudad Lineal; empezar ya con el puente de la CEA en Arturo Soria; la transformación de la glorieta de Carlos V que hemos planteado en el programa para convertir la desagradable vista que ves cuando bajas del AVE, un entorno totalmente hostil, en una zona que sea de paso, estancial y verde, que conecte con el eje museístico de Madrid, con todos los tesoros que la gente desconoce: el Ministerio de Agricultura, la fábrica de tapices, la Basílica de Atocha, el Real Observatorio....

La propuesta de de Atocha es quizá la más ambiciosa. ¿Supondría también eliminar carriles para coches?

Se soterrará Santa Isabel con la Avenida de Barcelona. Ese espacio es un nudo muy importante para la ciudad. No podemos sacrificar más carriles, pero tener más espacio para el ciudadano soterrando. Es un nudo de comunicaciones, al estar Atocha ahí, y no nos lo podemos permitir. Es un proyecto de una belleza impresionante y es algo que se está pidiendo a gritos. Madrid ya no está compitiendo con Barcelona; está compitiendo con otras ciudades del mundo. Tienes que ir siempre mirando más allá y pensando, qué más puedo hacer.

¿En qué consistiría ese proyecto en torno al eje Prado-Recoletos?

Tenemos un proyecto, pero es verdad que no lo podríamos iniciar inmediatamente. No lo presentamos en el programa. Es una zona de alta intensidad. Se pueden hacer intervenciones como las que hemos ido haciendo, por ejemplo, cerrr el tráfico los domingos. Verdaderamente, las aceras que tienen ese paseo son insuficientes. Tú no puedes tener el Museo del Prado ni el Thyssen con esas aceras.

Estos últimos días ha confrontado con el candidato de Unidas Podemos, Roberto Sotomayor, que ha arremetido contra los que considera “cayetanos” del barrio de Salamanca. ¿Qué cree que le espera a Madrid si alguien como él entra en el Ayuntamiento?

Quizá se refiere a Echenique, que vive en ese barrio. Tú puedes tener un proyecto para mejorar barrios más vulnerables, en los que, por cierto, hemos trabajado mucho. Pero esto es ir contra unos vecinos, que es básicamente lo que pretende el populismo. Y el único antídoto contra el populismo es Ciudadanos. Vamos a evitar que los extremos estén en Madrid. Por el otro lado tenemos a Ortega Smith, un señor que se graba videos acechando a manteros en el Retiro y que se ríe con sus amigotes matones diciendo «mira cómo corre» un tipo asustado que es el último eslabón de la cadena. Me gustaría saber si es tan machito con el jefe de la mafia. Son dos políticos que representan lo peor de la política: el abusón que va contra alguien y no gobierna para todos, crea conflicto, insulta... Voy a conseguir que ninguno de ellos tengan poder en la ciudad. Con Ortega hemos tenido que negociar mucho y nos ha boicoteado e insultado. A mi me llama «Terracís», algo que me halaga, porque salvé 6.000 puestos de trabajo. Me puedo entender con mucha gente de Vox muy razonable. Él está enquistado en el «no», cruzado de brazos en una esquina. Me preocupa que la ciudad acabé con alguien que se piensa que esto es un plató de televisión.

Hablando de platós. En el debate a las elecciones autonómicas acudió Alejandra Jacinto, candidata de UP. ¿Qué opinión le merece que alguien que perpetró un escrache a una embarazada, en este caso a usted, aspire a la presidencia?

Que nadie vote a Alejandra Jacinto. Si queréis votar a la izquierda, hay otras opciones, no alguien capaz de hacer un escrache a una mujer embarazada. Es inaceptable. Me da igual cómo lo vistan. La mayor parte de los ciudadanos nunca lo haríamos. A mi enseñaron que, en el Metro, a una mujer embarazada, le cedes el asiento. Aquel día, bajé la pradera de San Isidro rodeada de gente que me miraba con ira y yo no había hecho nada. Esa mujer estaba ahí. Pasé mucho miedo porque me quedaban dos días para dar a luz. Hubo un tipo que se tiró al suelo para que me cayese encima de mi tripa. Eso es Alejandra Jacinto. Es injustificable alguien que entiende que, en política, eso tiene justificación. No merece ser la presidenta de nadie. Quiero que la gente no vote a Jacinto ni a Sotomayor. Eso es inaceptable, como lo es que luego pongan un tuit diciendo: “Hemos hecho un escrache a su barriguita facha”. Esa “barriguita facha” es mi bebé, Inés, que ha cumplido cuatro años. Si coincido con ella en un acto, quiero que esté alguien entre medias porque no puedo soportarlo. Es algo que no voy a olvidar. Soy bastante comprensiva, pero aquello fue una aberración. Que no la vote nadie, que nadie justifique la violencia en política. Son feministas de palo, como los comunistas con chalet. Es lo que mejor representa Podemos, una grandísima hipocresía, una grandísima mentira.

De no conseguir escaño en Cibeles, ¿abandonaría la política?

Eso no va a ocurrir y voy a estar defendiendo el centro liberal, que es lo que necesita nuestro país. Si hay algo que nos ha complicado la vida como nación ha sido el frentismo, con la división de dos Españas. Eso está empezando a ocurrir y no lo podemos permitir. Y los únicos que podemos evitarlo somos la mayoría que no somos ni extremistas de un lado ni extremistas de otro. Sé que la mayor parte de la gente que hay en Madrid es más como yo que el que pone un cartel contra los vecinos de un barrio y los de acecha. Y sé que la mayor parte de los madrileños están deseando votar eso. Y mi labor es convencerles de que los madrileños se parecen mucho más a mí, con una vida tan imperfecta como la mía. Que trabajo mucho, que voy corriendo, que llego a mi casa, que tengo hijas, que he estado la mayor parte de mi vida en la empresa privada, que nada me ha preparado para gestionar una pandemia como el haber pasado la crisis del 2008 en una empresa privada. Todo eso para mí es familiar y y creo que además es necesaria esa aportación. Lo voy a hacer durante esta semana: explicar por qué los madrileños tenemos que seguir contribuyendo a que Madrid siga avanzando, se siga transformando, siga la senda que hemos empezado en estos años y que no se retroceda.

Corre el rumor de que Feijóo la quiere en su equipo. ¿Qué hay de cierto? ¿Ha aceptado una oferta?

Bueno, lo dijo él en una entrevista. A mí me resulta halagador. Me parece un buen signo en el sentido de que hay por lo menos una parte del PP que se quiere centrar. Eso es bueno porque es uno de los mayores valores de un partido de centro: mejorar a los que tienen a los lados. El PP que pacta con Cs es más inconformista, más reformista, que si gobierna solo. Y el PSOE también ha sido mejor cuando pactaba con Cs, aunque, visto lo visto, seguramente no hubiese cumplido nada de aquel pacto. Queda mucho para diciembre, pero yo estoy donde tengo que estar, que es representando el centro liberal. También tengo que decir que, durante este mandato, he tenido la posibilidad, porque se me ofreció, de ser portavoz nacional de mi partido. Lo rechacé. He tenido posibilidad de disputar el liderazgo de mi partido porque hubo mucha gente que me lo pidió y lo rechacé. Porque, insisto, yo soy leal. A mí, si me vota la gente de Madrid, voy a estar trabajando por Madrid y concentrada en Madrid. No soy de dispersarme y eso es lo que he hecho en los últimos años.