Educación
Los cuatro madrileños que desarrollan videojuegos con la edad de jugarlos
Hasta cuatro colegios de la región están representados en la final internacional de una de las mayores olimpiadas tecnológicas
Ninguna edad es demasiado temprana para impulsar la creatividad, y así lo demuestran los cuatro jóvenes madrileños de entre 11 y 14 años que han clasificado para la final de la Olimpiada tecnológica de la fundación NTT Data, referente en el sector de las nuevas tecnologías y la programación. La competición –para alumnos de entre 7 y 16 años– consiste en crear un videojuego inspirado en hábitos saludables y con compromiso social, aunque se puede participar en hasta tres categorías distintas: creación, innovación y «makechangers».
Tras ser seleccionados durante la fase nacional, ahora compiten esta semana con aspirantes de nueve países: Argentina, Brasil, Chile, Ecuador, España, Italia, México, Perú y Portugal. En total han participado más de 6.600 alumnos. En concreto, Sofía Iker, Pelayo y Andrés estudian en centros de la Comunidad de Madrid, donde se les ha animado y formado para que puedan presentar proyectos competitivos.
Sofía (14 años), decidió plasmar su pasión por la gimnasia rítmica, creando una experiencia interactiva para la que ha grabado su propia voz «uno de los criterios que han exigidos en su categoría de Creadores–. Todos ellos han trabajado con la herramienta de programación Scratch. Esta alumna de Nuestra Señora de las Escuelas Pías de Madrid se ha inspirado en «la constancia que hay que mantener para cumplir los retos que te propongan». Aunque le ha gustado mucho su experiencia, en un futuro espera poder aplicar estos conocimientos al mundo de la moda, antes que a los videojuegos convencionales. Sin embargo, se siente muy orgullosa de haber sido la única chica que se presentó en su colegio, lo que «más que frenarme, me motivó aún más». Al igual que el resto de aspirantes, durante esta semana se enfrentará a la fase final, donde tendrá que defender y explicar su proyecto ante un jurado internacional, en una teleconferencia. Entre los expertos que componen el tribunal está Abraham López, ganador de un Goya por animación.
De la misma edad es Andrés, quien llegaba hace tan solo un año con su familia desde Venezuela. Asegura que proyectos como este le han facilitado la adaptación, ya que él comenzó a programar en su país natal. En tan solo una semana fue capaz de desarrollar su proyecto, un juego de puzles: «Me encantan este tipo de videojuegos, ya que ponen a prueba tu ingenio y creatividad». Además, en las bases se exigía crear algún tipo de obstáculo, que este alumno del IES Gloria Fuertes de Alcobendas interpretó como «zombis que tienes que esquivar».
Los finalistas madrileños más jóvenes son Pelayo, de 11, e Iker de 12, del Virgen de la Rivera de Paracuellos del Jarama y del CEP Felipe II de El Escorial, respectivamente. Así, hasta cuatro municipios de la región están representados en este certamen internacional. Pelayo se ha inspirado «en un astronauta que tiene que comer saludable en el espacio» y con la ingravidez como obstáculo debes desplazarte por la pantalla evitando los donuts y las magdalenas. Aunque reconoce que «no tiene mucha dificultad», asegura que a los adultos les cuesta más.
Caso similar es el de Iker, quien se inspiró en su hermano pequeño para crear un juego de rol, en el que tienes que asumir la responsabilidad de tu avatar: ser el responsable de la casa por un tiempo y asumir decisiones y tareas propias de un adulto. La mayoría de estos precoces desarrolladores comparten las consolas de Nintendo como su vía de acceso a los videojuegos, así como se reconocen prácticamente autodidactas, recurriendo únicamente a los tutoriales de YouTube como fuente de aprendizaje. Muchos de ellos también han crecido consumiendo canales de diversos «streamers» o creadores de contenido sobre videojuegos. Además coinciden en que el futuro de esta industria pasará por la IA y la realidad virtual.
Además de ellos cuatro, también representarán a España un asturiano y un aragonés. La creatividad, la innovación y el compromiso social han destacado en la fase española de esta cuarta edición de las Olimpiadas Internacionales de Tecnología en la que los cuatro madrileños han conquistado al jurado con sus videojuegos. A la vez, han demostrado que la tecnología también puede ser una herramienta para fomentar valores, reflexionar sobre la vida cotidiana y motivar a otros niños y jóvenes a detectar problemas y proponer soluciones. Así, la competición está basada en un modelo pedagógico que permite romper distintos tabúes y desarrollar competencias digitales que serán determinantes para su vida, e incluso les puede ayudar a decidir su vocación. A lo largo de todo el proceso los participantes han contado con el apoyo de entrenadores que, como en cualquier olimpiada, los han acompañado para llegar hasta el reto final.