Gastronomía
Las diez terrazas de Madrid que no puedes perderte
En la de Cruz Blanca de Vallecas pida conejo al ajillo y champán. Redruello y Luca Anastasio elevan el nivel del Club Financiero Génova
Aire libre, sensación de tocar el cielo de Madrid en una azotea en la que despedir al sol, buen rollo, mejor comida y bebida y un DJ que nos impida mirar el reloj son los ingredientes que pedimos a una rooftop. Sin embargo, no nos olvidamos de las terrazas de siempre en las que rendir tributo a esa pareja imbatible que es la compuesta por la gilda y el vermut. Cierto es que opciones hay cientos, ya que a los españoles nos encanta estar en la calle y más en esta temporada del año en que las horas de luz invitan a ello.
Así que, si no conocen el recién renovado Club Financiero Génova (clubfinancierogenova.com), corran, porque es la apertura de la temporada. Nino Redruello propone en cada atardecer a sus comensales y a los miembros de su equipo guardar «un minuto de paz» para despedir al sol en la terraza del espacio, gestionado por la Familia La Ancha y por Azotea Grupo. Sin duda, caballo ganador. Sube a la terraza de la planta 15 y comprueba que sí es posible tocar el cielo. Porque es la primera vez en cincuenta años que quien lo desee puede acceder sin ser socio a semejante localización por las noches y los fines de semana.
La terraza de The Penthouse by WOW (wowconcept.com/en/penthouse) es otra recién llegada al apabullante panorama gastro. Pida tanto el lobster roll con col morada, hinojo, aguacate y mayo picosa en un mediodía en el que no tenga tiempo para un almuerzo tranquilo y no se olvides de los mejillones tigre ni de la lubina de estero frita entera con salsa marisquera, verduras y hierbas durante una cena pausada. Son bocados con el inconfundible sello de Javier Goya, así que aquí el buen comer está asegurado en una apuesta por platos sabrosos en los que une fórmulas castizas con sabores viajeros en un perfecto equilibrio.
¿Saben que Oroya posee una de las terrazas más preciosas de la capital? Sí, y lo consigue gracias a una vegetación tal, que te aleja de la urbe y te traslada al Amazonas. Aquí se comen anticuchos de corazón de res, papas amarillas y chalaca de ajíes peruanos y ceviche de corvina y pulpo a la chalaca con leche de tigre y ají amarillo. Son algunas recetas que nos recomienda el cocinero Diego Muñoz en este pedacito de Perú del hotel de moda: The Madrid EDITION. Sin embargo, en una ciudad como Madrid, que es destino gastronómico internacional, hay lugar para rincones centenarios como es el Mesón de Fuencarral. Es tiempo de gazpacho, de croquetas de pollo y de jamón, de morcilla, con su punto picante justo, y de cordero, siempre.
Y, hablando de tradición, los calamares fritos que hace Antonio Cosmen en Cruz Blanca de Vallecas (cruzblancavallecas.com) son sublimes, lo mismo que el conejo al ajillo, que en esta casa se come con una copa de Laurent Perrier. La carta anuncia doce ginebras, así que el gin tonic de sobremesa es obligatorio. Seguimos, porque en La Terrase de Robuchon, en el bulevar de la Castellana, sirven un menú ejecutivo redondo con platos como la ensalada de perdiz en escabeche y granada y el flamenquín con salmorejo y pico de gallo. En Madrid, el fin de semana lo empezamos en Picalagartos. Si la propuesta gastro es cosa de Manu Berganza, de la líquida de Azotea Grupo se ocupa Luca Anastasio. Así que vuela a la azotea del Hotel NH Collection Gran Vía. Con un Timur Berry Gimlet en mano como aperitivo, el desfile de platos lo encabezan los mejillones abiertos en manzanilla para continuar con la molleja de ternera frita con encurtidos y con el calamar de potera con mojo verde y vinagreta.
A Doña Luz vamos antes y después de la puesta de sol, porque es un oasis en mitad del frenético ritmo del centro de Madrid. Reserva con tiempo, porque es una de las rooftop preferidas de los madrileños, sobre todo para quienes la tarde se fusiona con la noche sin darse ni cuenta gracias a la buena música de los dj’s, lo mismo que Ginkgo Garden.
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