Sucesos
Un error humano por exceso de material acumulado, principal hipótesis de la tragedia de Ópera
Los fallecidos son tres obreros originarios de Malí, Guinea y Ecuador, de entre 30 y 50 años y la arquitecta de la obra, de 30 años
El contraste que presentaba en la tarde de ayer la muy turística plaza de Ópera y la aledaña calle de las Hileras era difícilmente descriptible. Por un lado, las terrazas de la zona estaban repletas, como a diario, mientras que, a menos de cien metros, los servicios de emergencias trabajaban para dar con el paradero de cuatro personas, después de que un edificio en obras en el número 4 de Hileras se viniera abajo. Las esperanzas de encontrarlos con vida eran escasas a medida que avanzaban las horas. El cadáver de una de las víctimas fue extraído a última hora de la noche, mientras que un segundo cuerpo fue localizado por los efectivos en torno a las 22:00 horas. Los bomberos siguieron trabajando hasta localizar un tercer cuerpo y luego el cuarto en torno a las 2:22 horas de la madrugada. Aún así, a las 3:00 decidieron introducir perros de la unidad canina de la Policía para tratar de constatar que no había ningún cuerpo más.
Los hechos sucedieron sobre las 13:00 horas, durante unas obras de rehabilitación del edificio, de unos 60 años de antigüedad y seis plantas de altura, y que iba a ser reconvertido en un hotel de cuatro estrellas. Mientras los operarios estaban apuntalando el suelo de una de las plantas altas, el forjado se vino abajo. Uno de los obreros, que en ese momento no se encontraba en el interior, relató a Europa Press que presenció una enorme nube de polvo. En su caso, era su primer día en la obra, centrada en la rehabilitación integral del inmueble, así como en su consolidación estructural, la reestructuración y rehabilitación de garajes y en los acabados.
Hasta allí se personaron 18 dotaciones de Bomberos del Ayuntamiento y 13 unidades de Samur-PC y Policía Municipal, con un puesto de mando situado en la plaza de Herradores.
En lo que respecta a la causa del derrumbe, y según ha podido saber LA RAZÓN, el sobrepeso causado por una gran cantidad de material de obra depositado en una zona inadecuada habría podido provocar el colapso parcial del inmueble. Se trata de la principal hipótesis que baraja la Policía Judicial, que investiga el siniestro como accidente laboral. Dicho acopio de material se produjo el pasado viernes día 3, dando como resultado final el desplome de parte del forjado interior.
La vicealcaldesa de Madrid, Inma Sanz, hizo el primer balance de heridos, que, a la postre, fue el definitivo: tres personas, dos de ellas de levedad y sin necesidad de traslado, mientras que otro sí fue hospitalizado debido a una fractura en un miembro inferior. Dos de ellos fueron atendidos además por una psicóloga del Samur-PC.
Los desaparecidos
Sin embargo, dentro del parte, lo que preocupaban son las cuatro personas desaparecidas: tres hombres y una mujer. De acuerdo con el testimonio del propio capataz de la obra, los varones son tres obreros: Dambéle, Alfa y Jorge, originarios de Malí, Guinea y Ecuador, de entre 30 y 50 años, todos ellos empleados de la empresa constructora ANKA, informa Efe. En cuanto a la mujer, de 30 años y de nombre Laura, era la arquitecta. Según explicaron, en el momento del siniestro, uno de ellos se encontraba en la última planta del edificio, mientras que otros dos estaban en los baños del sótano. En cuanto a la joven, estaba en la primera planta, destinada provisionalmente a oficinas. Fue la propia empresa quien dio la voz de alarma, debido a que echaban de menos a estas cuatro personas. Al parecer, el hecho de que el derrumbe se haya producido en las horas destinadas a comer favoreció que varios de los trabajadores se encontraran fuera del edificio en el momento del colapso.
Para iniciar las labores de rescate, los bomberos primero tuvieron que asegurar la estructura del edificio, con el objetivo de garantizar la seguridad de los equipos de búsqueda y rescate. Posteriormente, se sumó la Unidad de Apoyo Aéreo de la Policía Municipal, con los drones recabando aquellas imágenes que pudieran facilitar las labores de rescate. Por su parte, la Policía Judicial está a cargo de la investigación, al tratarse de un accidente laboral. La propia ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, avanzó ayer que Inspección de Trabajo está analizando la situación. «En cuanto tengamos alguna noticia se la vamos a comunicar», aseguró.
El suceso supuso un cambio de agendas en los principales representantes políticos madrileños, especialmente la del alcalde de la capital. José Luis Martínez-Almeida canceló su participación programada en la Bloomberg LSE European City Leadership Initiative, en Londres, para regresar a Madrid. En torno a las 21:00 horas accedió al puesto de mando para conocer de primera mano cómo se estaba desarrollando el rescate. Previamente, ya había expresado su preocupación por lo sucedido en su cuenta de X. Desde allí confirmó la peor de las noticias: un cuerpo sin vida ha podido ser extraido de entre los escombros, mientras que otro ya había sido localizado por los servicios de emergencia. Del mismo modo, confirmó que toda la documentación de la obra estaba en regla.
El regidor y la vicealcaldesa no fueron los únicos representantes presentes. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso; el delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Martín; el delegado de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante, y el concejal de Centro, Carlos Segura, también se personaron en la «zona cero».