Escapada

La gótica Aranda de Duero, mucho por descubrir, a un paso de Madrid

Una villa que atesora cultura, gastronomía y saber vivir en un entorno único que ha marcado su historia y alimenta su futuro junto al Duero

La gótica Aranda de Duero, a un paso de Madrid
La gótica Aranda de Duero, a un paso de MadridRV

Castilla tiene ciudades, y pueblos, y campos. Cada uno con su historia y su grandeza. También con su empuje y su entusiasmo. Aranda de Duero rezuma de todo ello. Un pasado medieval rico que nos habla de su importancia y una voluntad antigua por crecer y progresar.

No es novedad. Ya Pío Baroja dejó constancia de ello. En su novela "Memorias de un hombre de acción" habla de la villa en términos que podríamos considerar modernos. Actuales. "Aranda de Duero en 1820 no llegaba a las cinco mil almas, pero tenía algún movimiento, cierta vida. Después del gran desastre de la guerra de la Independencia, unos pocos pueblos castellanos habían comenzado a trabajar con entusiasmo para reconstituirse; entre ellos estaba Aranda». Ese espíritu emprendedor lo tiene Aranda, (vega amplia) y del río que le da sobrenombre, de Duero, desde antiguo. Corte en el reinado de Enrique IV, en ella el arzobispo Alfonso Carrillo convocó un Concilio el año 1473, celebrado en la iglesia de San Juan, uno de los grandes tesoros artísticos de la ciudad. Villa leal a la princesa Isabel en la sucesión a la Corona, es en esta época cuando se realiza, entre otras obras arquitectónicas relevantes, la portada de la iglesia de Santa María, en la que lucen los escudos reales de los Reyes Católicos. Un gótico isabelino de una riqueza como pocos, para muchos hipnótico, factura de Juan de Colonia. Una obra que es la mejor muestra de la pujanza económica de la villa hacia 1500.

Cercanas a la gran villa están Fresnillos de las Dueñas, Sinovas, Fuentelcésped, Vadocontes, Fuentespina o el bello pueblo de Santa Cruz de la Salceda. Un lugar en el inmenso paisaje burgalés que cuenta, entre otras cosas, con el curioso Museo de los Olores. El primero abierto en España, en las antiguas escuelas del pueblo por iniciativa de la Diputación de Burgos. Un espacio museístico interactivo sobre los aromas, único en toda Europa donde se puede reconocer y analizar olores del vino, de perfumes, y aromas relacionados con la salud, el recuerdo, la naturaleza, el café, los lácteos, las especias, flores, frutas... A un paso del lugar está también la bella fachada del hotel Las Baronas. Un lugar perfecto para disfrutar del campo y la tranquilidad, bañado por el arroyo de la Nava, que corre paralelo al río Riaza. Todo sosiego.

Hotel rural Las Baronas, en Santa Cruz de la Salceda
Hotel rural Las Baronas, en Santa Cruz de la SalcedaRV

Allí se ubica la casa señorial, que data del siglo XVII, y que perteneció a la familia Varona. Una llamada Casa de las Varonas, también conocida como Casa del Sindicato, con escudo señorial de la familia Varona, en el que aparece una mujer empuñando con la mano una espada quebrada. El escudo en sí tiene cuatro barras que se dicen de sangre sobre campo de oro, que son las armas de Aragón y al estar inclinadas, indican que se consiguieron o se otorgaron en combate. Se afirma que "Los Varona" son los descendientes de aquella María Pérez, una legendaria mujer guerrera que hacia 1120 venció y apresó, disfrazada de hombre, al rey Alfonso I de Aragón, El Batallador, durante una contienda en campos sorianos que enfrentaba a éste con su hijastro Alfonso VII, rey de Castilla y León. Este fue, según se afirma, su hogar. Desde él, reconvertido, por el tiempo y la iniciativa privada en hotel rural, se puede disfrutar del pueblo y el campo castellano.

David Izquierdo, cocinero y pensador de Aranda de Duero
David Izquierdo, cocinero y pensador de Aranda de DueroRV

Mención aparte, en esta tierra de lechazo que es Burgos, merece un espacio como El 51 del Sol, un restaurante que, de la mano de David Izquierdo, "cocinero y pensador", como gusta llamarse, experimenta con la tradición para darle un nuevo giro. Todo sin abandonar las raíces. Buen ejemplo de ello son platos estrella como la sopa fría de remolacha texturizada con helado de queso de cabra. Una antesala perfecta para un cordero lechal que, como en tantos lugares de Castilla, llega acompañado de una lechuga que muchos calificarían "de autor", por su calidad y sabor. Un ayer y un hoy en un plato especial, poroso, acorde con el producto que contiene. El toque final llega con un flan de leche de oveja churra con helado de regaliz. Una planta que convive en el campo con estos animales, en un curiosa sincronía que llena el plato. Algo, por lo demás, que como apunta David Izquierdo, tienen personalidad: "Fíjate bien en la vajilla. No hay plato igual. Todos están hechos a mano por un ceramista de Aranda. Esto también es tradición y terruño". Un viaje a las raíces de Castilla. Una tierra sin artificio.