
Educación
El programa musical que ayuda a menores en barrios de Madrid
El proyecto DeLaNota apuesta por crear comunidad y dar oportunidades a jóvenes en situaciones vulnerables

En el mundo de la música, a menudo se habla de la importancia de la técnica, la melodía y la armonía, pero hay otra dimensión muy profunda y transformadora que quizá no es tan mencionada: el poder de la música para sanar, unir y dar voz a quienes no la tienen. En el corazón de esta visión se encuentra el programa «DeLaNota», una iniciativa que, a través de su enfoque musico social, ha logrado impactar en la vida de jóvenes que atraviesan situaciones vulnerables. Dos personas que pueden hablar acerca de este proyecto son Laura Bocos, alumna de DeLaNota, y Elia Cornejo, una de las coordinadoras del programa. A través de sus experiencias, podemos comprender cómo la música no solo enseña, sino que transforma vidas.
Laura Bocos, alumna del proyecto, compartió con entusiasmo su experiencia al participar en el taller de Ensemble Connect, donde mejoró sus dotes con la viola. A través de esta experiencia, Laura descubrió cómo la música puede ser un puente entre lo tangible y lo intangible. «Con la pieza que he trabajado sobre Nueva York, por ejemplo, nos enseñaron que la música podía transportarnos a una escena, a un lugar, a un sentimiento», cuenta a LA RAZÓN.
La alumna apela que la capacidad de la música para generar imágenes, sensaciones y recuerdos no solo reveló el poder de las composiciones, sino también la interacción entre los músicos y el público. «El taller fue como un concierto interactivo. Fue imposible no moverse, todos improvisaban y nos conectamos a través de la música», comentó, destacando cómo la experiencia no solo fue un aprendizaje, sino un acto de comunidad.
Este tipo de talleres, en los que la música se convierte en un medio de expresión colectiva, son fundamentales para Laura. En base a su experiencia, la música ha sido una herramienta esencial para navegar en momentos de dificultad y autoexploración. «La música me ha ayudado a encontrarme a mí misma, a poder expresarme cuando no puedo con palabras, a calmarme en los momentos difíciles», explicó. Lo que comenzó como una actividad para aprender a tocar la viola se ha convertido en una forma de comunicación que le permite enfrentarse a sus retos «desde otra proyección más positiva».

Por otro lado y desde la perspectiva de profesora, Elia Cornejo, con una trayectoria de nueve años en el equipo de DaLaNota, explica cómo la música se ha convertido en una herramienta clave para la intervención social. DaLaNota, según Elia, es un programa musico-social que ofrece clases de música gratuitas a niños y adolescentes de barrios como Lavapiés y Embajadores en Madrid. A través de clases de instrumentos sinfónicos, orquesta y apoyo psicosocial, DaLaNota busca brindar una salida a aquellos jóvenes que, de otro modo, podrían verse atrapados en la pobreza, la falta de recursos y las dificultades sociales. «Lo que hace DaLaNota es acercarse a una población que está a menudo desconectada de este tipo de programas, utilizando la música como una herramienta para su empoderamiento», afirmó Elia. Este enfoque no solo les ofrece a los jóvenes la oportunidad de aprender música, sino también de desarrollar habilidades de autoconfianza, creatividad y disciplina. De hecho, Elia destacó que, en muchos casos, los resultados se perciben rápidamente: «En pocos meses, los jóvenes mejoran su autoconcepto, su atención y su creatividad, y eso se refleja tanto en sus testimonios como en la observación de sus familias».
Música como refugio
Lo que más resalta de los relatos tanto de Laura como de Elia es cómo la música se convierte en un refugio y una forma de sanación para quienes enfrentan contextos de vulnerabilidad. En los últimos años, DaLaNota ha trabajado especialmente con niños y jóvenes provenientes de familias migrantes, con dificultades económicas, sociales y emocionales. Según Elia, muchas de estas familias atraviesan numerosas adversidades como la pobreza, la falta de vivienda segura y el desempleo. «La mayoría de los jóvenes que participan en DaLaNota provienen de familias con dificultades para acceder a necesidades básicas como la alimentación o la vivienda», relató Elia.

A través de la música, los jóvenes encuentran no solo una salida a su realidad, sino también una manera de sanar emocionalmente. Este aspecto se hace más evidente cuando Laura comparte cómo la música la ha ayudado a superar momentos personales difíciles. «Es un método de comunicación. Todos utilizamos la música para algo, y sin darnos cuenta nos salva de muchas cosas», expresó Laura, reflejando la conexión emocional que todos los participantes del taller parecen compartir. «Para ellos, la música no solo es una forma de arte, sino una forma de expresión que va más allá de las notas musicales y que toca el alma».
Iniciativas sociales
Ambas entrevistadas están de acuerdo en que iniciativas de este tipo son esenciales para que los jóvenes puedan explorar y desarrollar su potencial en cualquier ámbito, pues se trabajan la escucha, la comunicación, la empatía y, por supuesto, los instrumentos. «Es súper necesario mostrar a la gente, desde pequeños, que la música se puede utilizar para crear, para expresarse, para experimentar e innovar», explicó Laura.
Elia, por su parte, subraya la importancia de investigar y desarrollar programas que ayuden a luchar contra la pobreza cultural y social. «Nos enfrentamos a retos enormes como sociedad, como el aumento de la pobreza, la migración forzada y la soledad no deseada», afirmó. Según su experiencia, apostar por programas integradores representa una respuesta a esos retos, proporcionando no solo formación artística, sino también un espacio donde los jóvenes pueden sentirse acompañados, valorados y escuchados.
La profesora Elia Cornejo se muestra orgullosa de formar parte de iniciativas que combatan los desafíos sociales, «suponiendo un faro de esperanza». Considera que, el dar a los jóvenes la oportunidad de participar en actividades culturales y musicales no solo supone una oportunidad temporal, sino que también les proporciona las herramientas necesarias para afrontar el futuro con «confianza, creatividad y empatía». Y como bien dice Laura, «la música siempre estará ahí para quienes sepan cómo escucharla».
En este contexto, ha sido la Escuela Superior de Música Reina Sofía quien ha acogido la residencia de los jóvenes talentos de Ensemble Connect.
Escuela Superior Reina Sofía
Desde la escuela informan que «Reina Sofía, dentro sus actividades y su compromiso social, acogió la residencia del Ensemble Connect, un programa del Carnegie Hall, The Juilliard School y el Weill Music Institute, en colaboración con el Departamento de Educación de la Ciudad de Nueva York, para preparar a jóvenes profesionales de la música clásica para carreras que combinan la excelencia musical con la enseñanza, el compromiso comunitario, la defensa de los derechos, el espíritu emprendedor y el liderazgo».
Explican que, como parte de su vocación social, el Ensemble ofreció diversos conciertos interactivos, diseñados para invitar al público a explorar y descubrir una pieza o concepto musical con actividades auditivas destinadas a profundizar y enriquecer la experiencia del concierto.
El último caso que cuentan fue la actuación para jóvenes de 8 a 18 años en DeLaNota, el pasado 6 de noviembre, cuando tanto el Ensemble como la Escuela Reina Sofía ofrecieron diversos conciertos interactivos y diseñados para invitar al público a explorar una pieza o concepto musical con actividades auditivas.
✕
Accede a tu cuenta para comentar