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Política

El PSOE de Óscar López tropieza en la Asamblea de Madrid

Malestar y fisuras en el Grupo Parlamentario por el control férreo del líder socialista y el estilo bronco que quiere imponer

La nueva portavoz del PSOE en la Asamblea, Mar Espinar. Alberto R. RoldánPHOTOGRAPHERS

E l PSOE de Óscar López vive momentos convulsos en Madrid. La transición de la era Lobato al nuevo PSOE, controlado desde la presidencia del Gobierno a través del ministro-candidato con un férreo control en esta estructura piramidal en la que la militancia tiene poco que decir, no termina de encajar bien en Madrid. Ni está siendo una tarea fácil ni pacífica.

Y de ello se resiente especialmente el Grupo Parlamentario Socialista en la Asamblea de Madrid, donde se empiezan a apreciar fisuras con la dirección del partido y un malestar que cunde entre los parlamentarios por la disciplina rigurosa impuesta desde Ferraz, que no deja margen para apartarse ni un milímetro del discurso oficial.

La cuestión es que ni se está de acuerdo con que la portavoz socialista en la Cámara madrileña, Mar Espinar, tenga que guardar una obediencia ciega al argumentario del partido y ceñirse al corsé de la oficialidad sin posibilidad alguna de cultivar su estilo propio, ni tampoco con el mensaje que muchas veces la propia Espinar se ve obligada a reproducir al dictado de Ferraz cada jueves en el pleno de la Asamblea de Madrid. Primero, porque no se ajusta, en algunas ocasiones, a la realidad madrileña; y, en segundo lugar, porque tampoco tiene que ver con la verdad, según detallan a LA RAZÓN fuentes socialistas. «¿Cómo se puede poner en tela de juicio a Ayuso por lo que hizo el día del apagón (como hizo Espinar ayer siguiendo el guion de Ferraz) cuando lleva una cámara pegada a ella todo el día?», explicaban fuentes socialistas. Espinar también cometió ayer otros errores de bulto en su papel guiado al reprochar a la presidenta autonómica que tuviera en pie de guerra al profesorado, cuando hace unas pocas semanas que se acaba de llegar a un acuerdo con los sindicatos que ha llevado la paz a la educación.

En el mismo PSOE se ve como un error de comunicación «de libro» que el Grupo Parlamentario en la Cámara madrileña haya suprimido, desde el pasado día 20 de marzo, su habitual intervención ante los medios de comunicación los días de Pleno (los jueves) tras la sesión de control al Gobierno, sin ningún tipo de explicación. De ahí que circulen todo tipo de conjeturas para tratar de dar un sentido a la decisión de eliminar una dinámica que el resto de grupos parlamentarios sí mantienen. Y una de las hipótesis que gana fuerza es el temor a que pudiera hacer sombra a Óscar López. Ayer mismo la presidenta madrileña ironizaba en la Asamblea y le replicaba: «Olvídese, no va a ser candidata, no se ponga violenta conmigo».

A todo esto se une la idea de quienes piensan que el ahora secretario general de los socialistas madrileños y ministro de Transformación Digital y de la Función Pública «ningunea» a los medios de comunicación en la Asamblea mientras el Grupo Parlamentario carece de referencias liderando un grupo desde la distancia.

López busca imprimir un tono más bronco, agresivo y directo a los debates en la Asamblea con el que no todo el mundo está de acuerdo. «No es el talante de muchos diputados socialistas que se ven obligados a sobreactuar», detallan fuentes parlamentarias. «No gusta el “estilo macarra” que trata de imprimir».

Complica la situación los problemas de disciplina de alguna diputada del PSOE, que no respeta la autoridad de Mar Espinar, tal y como detallan las mismas fuentes.

Mientras, se extiende la preocupación por lo que dicen las encuestas con Óscar López al frente del PSOE, que dan más escaños aún a la presidenta madrileña en unas futuras elecciones que con su antecesor en el cargo, Juan Lobato. En el PSOE, el mensaje de López el pasado 1 de mayo no gustó ni a los de su propio partido cuando se refirió a «todos los ultras y todos los fachas de este país», porque «luego vas a tener que gobernar para esos ultras y fachas, no puedes dirigirte en esos términos a la gente porque alejas a muchos socialistas que en algún momento han votado a Ayuso y que podrían volver a ser votantes del PSOE», criticaban. Lejos de tener un desembarco fácil, López ha empezado ya tropezando en la Asamblea.