
Vinos de barra
Unzu Blanco 2024: el renacer de Julián Chivite
Unzu no es un capricho comercial, sino un homenaje íntimo, un recorte sonoro de un apellido más largo que guarda resonancias familiares

Hay hombres que no saben vivir de rentas ni de pasados gloriosos. Julián Chivite es de esa estirpe. Tras ser artífice del mayor éxito vinícola navarro —el rosado que llevó el apellido familiar a la cumbre de la enología española—, ha vuelto a empezar de cero. Y lo hace con un vino que habla de presente y de futuro, un blanco que se abre camino con la nobleza de quien conoce cada cepa y cada terruño como si fueran parte de su propia biografía.
Hasta el nombre encierra un guiño. Unzu no es un capricho comercial, sino un homenaje íntimo, un recorte sonoro de un apellido más largo que guarda resonancias familiares. Una manera de decir que detrás de la botella hay afecto, raíces compartidas, una complicidad doméstica que se traslada al viñedo y a la copa. Es la vida misma filtrada en un vino: memoria y proyecto, amor y linaje.
El Unzu Blanco 2024 procede de Cintruénigo, entre los parajes de Carratudela, Molengo y Los Portillos, con viñas de chardonnay de 25 años que han aprendido a dialogar con los suelos arcillo-calcáreos y un clima continental acariciado por la influencia atlántica. Un 40% fermenta en barrica nueva de roble francés y el resto reposa sobre sus lías durante seis meses. Resultado: equilibrio, complejidad y una frescura que reconcilia con la vida.
En copa se muestra elegante y con raza, con notas ahumadas, fruta crujiente, albaricoque, paraguayo y bergamota. En boca es sedoso, cumplidor de sus promesas, con una textura envolvente y un final afrutado y persistente, largo como una conversación que no queremos interrumpir.
Un mérito, sin duda, y también un presagio: Julián Chivite vuelve a recordarnos que sigue siendo uno de los grandes guardianes del vino español.
✕
Accede a tu cuenta para comentar

Apuntes para una falsa polémica