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Cuarentena

Cuarentena con niños: cómo jugar y aprender a cuidar el medioambiente

El aislamiento puede ser un momento clave para el aprendizaje de los más pequeños. Familias y psicopedagogos explican cómo enseñar la «regla de las tres erres» a las futuras generaciones a través de las manualidades

Niños participan en los talleres impartidos por Fernando Solar, luthier de "La música del reciclaje"
Niños participan en los talleres impartidos por Fernando Solar, luthier de "La música del reciclaje"larazon

Los hogares españoles atravesamos un periodo excepcional de reclusión dirigido a contener la propagación del coronavirus. Los días que corren han supuesto y supondrán un gran reto para la vida familiar, pero también son una oportunidad para implicarnos (aún más) en la educación de los más pequeños. Esta cuarentena, además, podría tener un impacto notable en el consumo y aumentar la generación de residuos, según las primeras predicciones de los expertos. Por tanto, se trata de un momento crucial para enseñarles qué significan las «tres erres» (reducir, reciclar y reutilizar), para qué sirven y cómo aplicarlas.

En casa de Bea lo saben bien. Su padre acaba de acudir al supermercado y ha aprovechado para comprar folios reciclados. «Mi hija tiene seis años y dice que, como no podemos ir a por libros nuevos, los va a escribir ella», cuenta Enrique, por teléfono, desde su casa en el barrio de Embajadores (Madrid). Quiere ser veterinaria o bióloga «para cuidar del planeta», apostilla. «Su madre, ella y yo fabricamos tres pequeños cubos de basura con cajas de cartón pintadas de colores (amarillo, azul y verde) al principio de la cuarentena. Los tenemos en el salón (donde la niña juega la mayor parte del tiempo) para que, aunque no pueda salir a la calle a tirar la basura, sea consciente de la importancia de depositar los residuos que generamos en los contenedores adecuados», explica.

Este tipo de propósitos animan a interiorizar la famosa regla de las tres erres en los más pequeños. Hacer manualidades con cosas que encontramos por casa reduce el consumo y dota de una «segunda vida» a materiales que, por lo general, desecharíamos. Además, las «cajas de basura de colores» ayudan a que Bea aprenda a depositar los envases de plástico, latas y briks en el contenedor amarillo; el papel y el cartón en el contenedor azul y los envases de vidrio, en el verde. Enrique, que colabora con varias organizaciones medioambientales, considera «vital» inculcar a los más pequeños la importancia de cuidar la naturaleza: «Debemos darle a nuestros hijos las herramientas necesarias para que puedan hacerlo, creando así una sociedad cada vez más responsable con el entorno».

De la misma opinión es Francisco José Fernández, profesor del máster en Psicopedagogía de la Universidad Complutense de Madrid. «Podemos aprovechar este tiempo de aislamiento con nuestros hijos para corresponsabilizar a los niños», señala. «Reducir, reciclar y reutilizar es una máxima muy importante que debemos tener presente cuando estamos con ellos», indica el doctor, que expone la importancia de educar en el cuidado del entorno desde edades tempranas.

¿Qué tipo de actividades de ocio y aprendizaje podemos hacer con ellos? Fernández aconseja hacer partícipes a los niños en las decisiones familiares, creando un calendario con materiales reciclados, dibujos y franjas horarias para «establecer qué tiempo dedicaremos a las tareas del hogar, a jugar, a dormir, a las pantallas, etcétera». Otra opción es la de Fernando Solar, luthier de «La música del reciclaje», quien propone crear instrumentos musicales reciclados, como unas maracas hechas a partir de dos tubos de cartón y cuatro tapones.

Música, calendarios, cuadros, esculturas, marionetas, disfraces o, incluso, nuestros propios juegos de mesa. Con materiales usados podemos crear maravillas. Además, hacer manualidades «es enriquecedor para los más pequeños», según el psicopedagogo. Sus beneficios son muy positivos: «Construir algo nuevo a partir de otros objetos sube la autoestima de los niños, estimula su creatividad, es relajante y, por supuesto, les estás enseñando algo valioso: lo que generamos se puede reducir, reciclar y reutilizar».

Mientras realizamos estas actividades es importante explicarle a los pequeños los beneficios ambientales de aplicar la regla de las tres erres. Desde consumir de manera responsable (comprando solo lo que necesitemos) hasta evitar el consumo de materias primas o la emisión de CO2 a la atmósfera gracias a la separación nuestros residuos, estos gestos son vitales para el cuidado del medioambiente. Porque jugar y aprender a cuidar de la naturaleza no tiene por qué estar reñido.