Desde Bruselas, la Comisión Europea este año ha presentado sus nuevas acciones para priorizar el cuidado medioambiental con el Pacto Verde. Este plan de acción a favor de la economía circular fue presentado este primer trimestre, cuando la organización dio a conocer sus esfuerzos para garantizar que la producción de nuevos bienes se conciban con la finalidad de que sean más duraderos. Se pretende que los nuevos elementos sean más fáciles de reutilizar, reparar, reciclar y así se reducirá su impacto medioambiental y social a lo largo de todo su ciclo de vida.

En el marco de la responsabilidad, la Comisión exhortó a las entidades públicas y privadas a ser parte de este proyecto, especialmente en los sectores en los que se utilizan más recursos y cuyo potencial de circularidad es alto como en las empresas de electrónica, tecnologías de la información y la comunicación, baterías y vehículos, envases, plásticos, textiles, construcción y alimentación.

Con el paso de la pandemia, la UE viene incentivando aún más las medidas a favor del cuidado del planeta, los objetivos descritos en el Acuerdo Verde Europeo, apuntan a la meta de reducir la emisión mínima del 55% para 2030 y la neutralidad de carbono para 2050. Sin embargo, también se debe tener en cuenta que las grandes industrias están conformadas por personas y depende de ellas hacer los cambios notables.

En esta línea, el sector textil ha reforzado su apuesta por la sostenibilidad en los últimos años. Una de las iniciativas más relevantes en este sentido es el Fashion Pact, un compromiso firmado por 32 grandes compañías de la moda, entre la que se encuentra la española Inditex, para avanzar en la protección de los océanos, detener el cambio climático y restaurar la biodiversidad.

Inditex ya trabaja desde hace años en su apuesta por el uso eficiente de recursos y la economía circular. Uno de estos proyectos más destacados en este sentido es la colaboración que el grupo mantiene con el prestigioso MIT de Boston para la investigación en nuevas formas de reciclaje o la creación de nuevas fibras textiles. Este proyecto, proyecto, en el que también participan las universidades de Vigo, País Vasco, Granada, y la Politécnica de Valencia, cuenta con una financiación de 3,5 millones de euros.

Siguiendo este enfoque, Inditex también cuenta desde 2015 con un programa de recogida de prendas usadas que permite darle a los productos textiles una nueva vida. Asimismo, en colaboración con 45 entidades sociales, como Cáritas, Cruz Roja o Médicos Sin Fronteras, Inditex ha puesto a disposición de los clientes contenedores para la recogida de prendas en 2.299 tiendas del grupo.

Las prendas recogidas son separadas por estas entidades sociales para destinar a proyectos sociales aquellas que puedan ser reutilizadas o reciclar aquellas que han llegado al final de su vida útil. Desde el inicio del programa se han recuperado 49.479 toneladas de ropa y accesorios.

El grupo mantiene además distintas líneas de colaboración para avanzar en la economía circular. En este sentido, a través de una colaboración con la empresa austríaca Lenzing, productor de la fibra sostenible Tencell Lyocell, se desarrolló un nuevo material denominado Refibra, creado a partir de la mezcla entre fibras vegetales procedentes de bosques sostenibles con el residuo de corte de la fabricación de prendas de algodón.

La apuesta por materias primas más sostenibles es otro de los ejes estratégicos de la multinacional gallega. Durante la junta General de Accionistas del año pasado, el presidente de Inditex, Pablo Isla, presentó una serie de ambiciosos retos medioambientales. Uno de los objetivos más importantes es que en 2025 el 100% del algodón, el lino y el poliéster utilizados en la elaboración de sus prendas sean orgánicos, más sostenibles o reciclados.

Solo en el año 2019, el grupo empleó en sus prendas más de 38.000 toneladas de algodón, un 105% más que el año anterior, y se usaron más de 5.000 toneladas de poliéster reciclado, un 183% por encima del conteo anual previo.

Así, Inditex forma a sus equipos de diseño y producto para mejorar la durabilidad de sus productos desde la fase de diseño, maximizando las posibilidades de que, llegado el momento, las prendas puedan ser recicladas y alcancen, de esta forma, una nueva vida.