Medio Ambiente

Vuelven los pájaros muertos

Los ornitólogos no alcanzan a explicar el motivo por el que múltiples especies de aves en América están apareciendo muertas, con los ojos y la cabeza hinchados, lo que les provoca la pérdida de equilibrio y la capacidad para volar

Hundreds of dead birds lay along the side of the Morganza Hwy. in Pointe Coupee Parish, La., Monday, Jan. 3, 2011, about 300 miles south of Beebe, Ark., where more than 3,000 blackbirds fell from the sky three days earlier. Louisiana state biologists are sending some of the birds found at Labarre to laboratories in Georgia and Wisconsin for testing. (AP Photo/The Advocate, Liz Condo)
Hundreds of dead birds lay along the side of the Morganza Hwy. in Pointe Coupee Parish, La., Monday, Jan. 3, 2011, about 300 miles south of Beebe, Ark., where more than 3,000 blackbirds fell from the sky three days earlier. Louisiana state biologists are sending some of the birds found at Labarre to laboratories in Georgia and Wisconsin for testing. (AP Photo/The Advocate, Liz Condo)ARCHIVOArchivo

Ojos hinchados e incrustados y muerte. Estados Unidos vuelve a estar en alarma por la desaparición de miles de aves al sureste del país. Estorninos, arrendajos, zarcillos, y sobre todo ruiseñores de Washington, el estado de Nueva York o Indiana están muriendo sin que se sepa todavía que causa estos síntomas y la enfermedad neurológica que termina con ellos. «En mayo, empezamos a darnos cuenta de que estaba pasando algo inusual. Hemos recibido 300 aves hasta ahora, pero eso es solo contar los ejemplares fallecidos. El total real es mucho mayor», decía Chelsea Jones, portavoz de la Liga de Bienestar Animal de Airlington, a la revista Live Science.

La prensa americana informa de que las aves encontradas fueron enviadas al Departamento de Recursos de Vida Silvestre de Virginia y que los investigadores apuntan a la salmonella y la clamidia como posibles causas. También han señalado que la mortalidad masiva de aves no es infrecuente, especialmente entre las especies que forman bandadas densas o se reúnen en comederos. «A mediados de la década de 1990, los observadores de aves en el este de los Estados Unidos notaron que los pinzones domésticos, un pájaro cantor común introducido, estaban muriendo en cantidades relativamente grandes a causa de una enfermedad caracterizada por ojos hinchados. Los investigadores finalmente determinaron que la causa era una bacteria, Mycoplasma gallisepticum, que probablemente se había propagado de las aves de corral domésticas. Durante las últimas décadas, los investigadores también han rastreado brotes de virus del Nilo Occidental, influenza aviar y Salmonella que causaron muertes notables», explican los medios.

FRECUENTES Y ALARMANTES

Las muertes masivas de pájaros además de ser frecuentes siempre provocan cierta alarma. Uno porque los pájaros son buenos bioindicadores de lo que sucede en la naturaleza, es decir del estado de salud de los ecosistemas, no en vano eran los primeros que entraban en las minas o las zonas de excavación arqueológica cuando se quería determinar la calidad del aire en el interior. Dos, preocupa por si estas enfermedades o zoonosis pueden saltar al ser humano. De hecho, Jim Monsma, fundador del centro de recuperación de animales en City Wildlife en Washington declara a Science que «estamos perdiendo aves a un ritmo alarmante.

Además un tercio de las especies en América está disminuyendo rápidamente. Ciertamente no podemos excluir que esta epidemia también puede extenderse entre los humanos». En este sentido, hay que tranquilizar y aclarar que las únicas enfermedades transmisibles por los pájaros al hombre son la salmonella que se transmite por los huevos, la psitacosis que pueden saltar de loros y periquitos que estén en muy malas condiciones higiénicas y la famosa gripe aviar.

Hay episodios de muertes masivas de animales tan conocidas que hasta la revista Time le dedicó en su día un reportaje a los diez acontecimientos más llamativos hasta ese momento. El primero es un evento que tuvo lugar en ArOjos kansas en 2011 en el que se encontraron 5.000 aves muertas. En 2010 centenares de pelícanos aparecieron muertos en Oregón y en 2010 millones de camellos, cabras, ovejas, yaks, etc., fallecieron en Mongolia... En los tres casos se apunta como razón a condiciones meteo adversas y fenómenos extremos. En Arkansas, además la oscuridad (las aves volaban de noche) hizo que las bandadas se chocaran con algún tendido eléctrico y cayeran al suelo. En el caso de Mongolia se debió a una ola de frío y en el de Oregón, a unos graves incendios cercanos.

No hace falta irse al otro lado del charco. En Alemania el año pasado 11.000 pájaros fueron encontrados muertos. Tal fue el volumen de decesos que Nabu, una organización conservacionista de Alemania, recomendó el distanciamiento social con estas aves, pero por la propia seguridad de esta especie, no porque existiera ningún peligro para el hombre. Y es que las especies que morían eran mayormente herrerillos común, pinzones o verderones, animales que paraban en los comederos y bebederos que la ONG controlaba en las zonas de los decesos. También en España aparecieron hace un año decenas de pájaros muertos en un tramo de la autovía C-31b que une Tarragona y Salou. Hubo mucho revuelo porque una de las teorías que circulaba por la web era que se debía a la contaminación de la industria petroquímica de la zona. La misma que sufrió un incendio por entonces. La investigación aclaró la causa. Todo se debió al rebufo de un camión. «Fue un medio atropello. Una banda de estorninos (esas aves que dibujan formas tan bonitas en el cielo ya van muy juntas y en grandes grupos) pasaron muy cerquita de un trailer justo en el momento en que este maniobraba», aclaraba entonces a LARAZÓN Nicolás López, responsable de especies amenazadas de SEO/ BirdLife.

Entre las causas hay de todo un poco: desde bacterias a virus, a eventos climáticos extremos como incendios y fuertes lluvias, etc. Tanto es así que en 2015 la Universidad de San Diego, la de Berkeley y la de Yale realizaron y publicaron un estudio en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences en el que afirmaban que estos fenómenos están aumentando. Fue un primer intento de cuantificar los patrones de frecuencia, magnitud y causas de muertes, también entre peces. Analizaron 727 casos de mortandad masiva entre 2.500 especies durante los últimos 70 años para concluir que se estaba produciendo una mayor cantidad de eventos de muertes masivas entre pájaros, peces e inverEn tebrados. En general, afirma el estudio, la enfermedad fue la principal culpable, con un 26% de las muertes en masa. «Los procesos directamente influenciados por el clima –incluyendo las temperaturas extremas, estrés térmico, el estrés de oxígeno o de hambre– supusieron un 25% de las muertes y por último, los efectos directos vinculados a los seres humanos, como la contaminación del medio ambiente, causaronhasta un 19% de las muertes », dice el texto.

VENENO Y ELECTROCUCIÓN

Solo el veneno está detrás de la muerte de 21.260 aves desde 1997 y 2017, según los datos oficiales. «El uso ilegal de veneno genera un impacto muy grave en la biodiversidad española, siendo las rapaces el grupo de animales más afectado (35%), seguido de los domésticos (21%) y de los carnívoros terrestres (9%)», dicen desde SEO/BirdLife. Aunque este delito contra la fauna esté castigado por la justicia se sigue cometiendo regularmente. De hecho, solo en el último año ha habido algunos casos sonados. En Salamanca hace unos meses aparecieron cien buitres muertos por veneno. En Monsalupe (Ávila) entre el 27 de febrero y el 2 de marzo también se produjo un caso importante no tanto por el número de aves muertas sino por las especies afectadas. Se encontraron cuatro águilas imperiales, dos milanos reales, ambas especies en peligro de extinción y un buitre negro. La Junta de Castilla y León suspendió cautelarmente la caza en el coto donde sucedieron los hechos.

También las líneas de transporte eléctrico figuran entre las principales causas de muertes de aves en España. Bien por colisión o bien por electrocución, 33.000 ejemplares han muerto en nuestro país según un estudio del Ministerio para la Transición Ecológica, aunque SEO/BirdLife estima que el número real puede subir hasta los 200.000. Otra causa documentada y publicada en la revista Quercus es la producida por la actividad de los parques eólicos. «Más de 8.000 aves y murciélagos han muerto en los parques de Navarra desde 1998. Destaca el grupo de las aves rapaces, con más de 4.000 bajas (la mayoría son buitres leonados, aunque también se cuentan especies catalogadas como amenazadas, caso del milano real (94 bajas) y el alimoche (10 bajas), según datos de Ecologistas en Acción de Navarra», cuenta la publicación en un reportaje.