¿Bajo en grasa?, germinados y cerebro

¡Cuidado con las etiquetas! Que una etiqueta califique un alimento de “bajo en grasa” no es necesariamente sinónimo de “saludable”. Al reducirse el porcentaje de grasa suele haber una pérdida de sabor, que el fabricante o el productor compensan con cantidades de azúcar o sal, altamente perjudiciales para la salud. De ahí la importancia de examinar en detalle el etiquetado, fijándonos bien en si “bajo” en grasa supone “alto” en almidón, sal o azúcar.

Germinados que regeneran la flora intestinal. Tienen un alto poder antioxidante y ayudan a reducir los niveles de estrés y el cansancio temporal. Pero el principal valor de los germinados es la regeneración de la flora intestinal, facilitando las digestiones debido a su muy bajo contenido en grasas. Al tiempo, estimulan el sistema inmunitario. Aunque se pueden cocer para preparar cremas o sopas, lo más aconsejable es consumirlos en crudo –en ensalada o como guarnición- con la finalidad de que conserven todos sus nutrientes.

Descansar el cerebro cada 90 minutos. Nuestro cerebro se concentra de forma natural de 90 a 120 minutos, como máximo. Transcurrido ese tiempo debemos acostumbrarnos a acallar la función cerebral durante 15 minutos aproximadamente. Como la práctica no es fácil, podemos crear hábitos que induzcan al descanso cerebral programado. Desde meditar con respiraciones profundas a acercarnos a la Naturaleza, observando con una gran sonrisa perros, gatos, pájaros, peces…; tocar objetos que nos atraigan o escuchar música mirando el horizonte.