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Medio Ambiente
Sílices volcánicos para neutralizar contaminantes de las granjas
Se acaba de presentar en Madrid Biaurelian, un aditivo que funciona como un biocatalizador capaz de atrapar nitratos atrapados en las deyecciones de los animales y convertirlo en abono orgánico en tiempo récord
Que España es una potencia ganadera en Europa lo demuestran los datos. En la Península, la cabaña de porcino supera los 35 millones de cerdos y contamos con unas 98.000 granjas de animales, lo que nos sitúa por delante de vecinos como Francia, Alemania y Países Bajos. Sin embargo, toda esta producción y exportación tiene un reto pendiente de solución: los purines ganaderos. Esa mezcla de deyecciones en parte líquida y en parte sólida genera, entre otros, problemas de contaminación de las aguas, si no son tratados de forma correcta, debido a las altas concentraciones de nitratos que contienen. Eso por no hablar de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) asociadas a estos residuos.
Con este viejo problema en mente, el emprendedor Félix Navarro decidió probar una idea, aplicar una nueva mirada, como él mismo explica. Tras varios años recorriendo Iberoamérica y estudiando los sílices del interior de la tierra, descubrió la sorprendente capacidad que ciertos minerales volcánicos de tipo ácido –de entre 80 y 100 millones de años y que en algún momento estuvieron bajo el fondo marino–, tenían para neutralizar los contaminantes escondidos en los purines de las granjas. De hecho, esta misma semana presentaba en Madrid un producto llamado Biaurelian capaz de reducir, explicaba, la contaminación del sector porcino en un 80%. «En la tierra hay más de 3.000 minerales. Nosotros usamos unos 90 biosílices», explica Navarro.
Este aditivo podría ser fácilmente aplicado ya en más de 60.000 granjas de la Península y viene avalado por la experiencia previa en 400 granjas de Ecuador, Perú y Colombia.
En las pruebas que se han llevado a cabo se ha verificado una completa desaparición del olor tan solo una hora después de la aplicación de la fórmula de Biaurelian (fórmula que está patentada y se compone de 20 aluminosilicatos naturales (sílice 90%, aluminio, hierro y magnesio 6%, oligoelementos 4%)). Pero es que además acelera la separación de la parte líquida y sólida de los purines reduciéndose a 45 días. En ese tiempo, se transforma el purín en fertilizante orgánico, respecto a los más de 700 días que duraría el proceso de manera natural.
También durante ese arco de tiempo se consigue atrapar los nitratos nocivos y los fosfatos que «quedan integrados dentro de las celdas del silicio mediante su red de intercambio iónico y adsorción de las moléculas contaminantes», detallan los documentos técnicos. Los nitratos atrapados en cristales de Biaurelian podrían volver a liberarse pero solo si alguna planta del entorno quisiera alimentarse de dicho nitrato. Félix Navarro insiste en que su aditivo adsorbe con “d” los contaminantes, es decir, que quedan pegados a su producto tanto los nitratos amoniacales como los fosfatos, las más de 120 sustancias que hacen que los purines huelan, el CO2, restos de antibióticos e, incluso, de metales pesados.
En cuanto al éxito del producto, la firma lo cuantifica de la siguiente manera: «Elimina un 95% de los olores urbanos, el 80% del nitrógeno amoniacal y los metales pesados, un 80% los gases de efecto invernadero y separa los líquidos y sólidos sin actividad adicional entre 30 y 60 días en función de la altitud, el clima, etc., en el que trabaje la granja.
Por eso, la forma de actuar es diferente para cada explotación. Con cada ganadero se estudia y decide la dosis a aplicar de manera individualizada y se puede utilizar tanto en balsas, como en paja como bajo rejilla, es decir, debajo de donde se encuentran los animales. En este último caso parece que mejora, además, el bienestar animal en la granja y aumenta la capacidad de reducir el CO2 que se emite a la atmósfera. «Lo que hace este producto es parecido a lo que hacen los catalizadores en un coche. Los biocatalizadores se han aplicado en otros usos industriales, como por ejemplo en la automoción, porque se usan en cantidades pequeñas y son baratos. ¿Por qué no aplicarlo al sector agropecuario?», dice Navarro.
Además de acabar con los olores y los contaminantes de los purines, la mezcla patentada puede utilizarse, dice Navarro, para descontaminar acuíferos, eliminar la eutrofización de las aguas o para la producción de biometano, mejorando en un 40% la producción de gas «debido a la ausencia de nitratos amoniacales en su proceso anaeróbico de generación de biogás».
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