
RED ELÉCTRICA LLEVABA 10 AÑOS SOLICITANDO UNA NORMATIVA PARA EVITAR ESTOS INCIDENTES
Cómo evitar otro apagón energético
Gracias al informe emitido por Entso-E, el comité creado para el estudio y evaluación de las causas del cero energético ocurrido el pasado 28 de abril, y a la valoración de expertos del sector, por ahora podría establecerse un criterio común sobre el por qué. La respuesta es unánime: oscilaciones de tensión a la inversa; es decir, la tensión aumentó en lugar de disminuir, que es lo habitual. ¿Por qué? Para eso hay que esperar al informe final de Entso-E en 2026, aunque ya se apuntan algunas posibles soluciones, como que todas las centrales generadoras puedan ejercer la labor de control ante estas incidencias, algo que no sucedió el pasado abril porque la ley vigente entonces no lo permitía; una normativa que ha sido modificada en junio.

Aquel fatídico 28 de abril de este año, la España peninsular en su conjunto y Portugal vivieron un apagón energético durante horas que el propio Grupo de Expertos de la Red Europea de Gestores de Redes de Transporte de Electricidad (Entso-E), creado para investigar el incidente, calificó como un “fenómeno sin precedentes en la red eléctrica europea”.
Este comité, hasta la fecha, ha publicado un informe fáctico hace poco más de un mes con el objetivo de reconstruir la evolución de los sistemas eléctricos de los países afectados y el proceso de restauración que se llevó a cabo, aunque para encontrar las causas concretas, de las que ya se saben bastantes cosas -según los expertos-, habrá que esperar al informe final que Entso-E remitirá en 2026.
Existen varios hechos contrastados, como que en el instante previo al colapso se registraron oscilaciones de tensión y frecuencia entre las 12:03 y 12:07 y entre las 12:19 y 12:22 horas del mediodía. Además, pocos segundos antes del ‘cero energético’ se registró un aumento de la tensión en el sur de España junto con una leve caída de frecuencia, lo que provocó que se produjeran una serie de desconexiones automáticas de generación y la separación de ciertas líneas de interconexión.
Qué sabemos de las causas
Según Jorge Morales, ingeniero industrial y director general de Próxima Energía, “lo que hubo fue un problema de control de tensión y ésta superó los límites establecidos, lo que llevó a que las centrales operaran dentro de lo previsible y se desconectaran. Lo que no sabemos es por qué se sobrepasaron los rangos, ya que Red Eléctrica tiene herramientas para que esto no ocurra. Las centrales que se supone que controlan esto no lo hicieron. Aquí hay muchos problemas, no es evidente quién tuvo la culpa; además, se registraron oscilaciones a lo largo de Europa, lo que también provocó que países como Francia tomaran decisiones de desconexión que nos pudieran agravar nuestra situación”.
El mencionado informe sí describe como una de las circunstancias más relevantes la pérdida de generación local en segundos (varios gigavatios) y la incapacidad del sistema vigente aquel día para mantener la estabilidad.
Sin duda alguna, las oscilaciones fueron la causa principal, más allá de los porqués que precedan a este hecho. En palabras de Santiago Arnaltes, catedrático de Ingeniería Eléctrica de la Universidad Carlos III, “se produjo un fenómeno único porque se expandió por todas las redes. Sobretensiones locales suele haber, pero que se expandan es algo que se conocía al revés; es decir, caídas de tensión. Aquí lo que se denomina colapso de tensión fue en sentido inverso”. En este sentido, el catedrático recalcó que esta sobretensión se produjo porque las líneas estaban “muy descargadas y se comportan como condensadores, lo que hace que las resuelva la tensión; sin embargo, la cuestión es si estas oscilaciones son interáreas que aparecen como modos de la red o se trata de oscilaciones forzadas por plantas renovables. Ahí hay una disputa. En todo caso, cuando aparecen estas oscilaciones el operador de sistemas (Red Eléctrica) tiene ciertas herramientas para amortiguarlas, aunque no le corresponde esa tarea, sino que son los propios operadores (las empresas que han de ejercer el control) los que deberían ser capaces de mitigar esas oscilaciones. En definitiva, lo más probable es que fuera la respuesta ante las oscilaciones que se registraron el 28 de abril lo que provocó que se tomaran acciones que llevaron al colapso”.
Siguiendo el hilo de lo que comentó anteriormente, y en la línea del profesor Arnaltes, Morales enfatizó en que “hay que pensar que el sistema no puede depender de un solo responsable porque sería un sistema muy débil; esto no es así, no ocurre. El problema es que las centrales que deben supervisar el funcionamiento y los errores, que cobran un dineral, no lo hicieron. Ya veremos si las centrales cumplieron y fue Red Eléctrica la que no llamó a más centrales para amortiguar la sobretensión”.
Lo que vienen a decir los expertos es que faltaron recursos de control de tensión, ya fuera por no una falta de programación por parte del operador del sistema o porque aquellos que debieron ejercer como controladores de este tipo de incidencias no cumplieron con su labor; quizá por ambas.
Renovables y normativa
Este colapso ha dado pie a interpretaciones de todo tipo con las que abrir un frente político a través del parque energético que hay en España y, de paso, para establecer una especie de guerra entre la apuesta que deba hacerse por parte de las autoridades por un tipo de energía u otra. Las renovables, en según qué foros, una vez más han estado en el punto de mira como posible causante de este evento, o al menos como un agravante del mismo.
Remitiendo una respuesta al informe pertinente, “éste no atribuye ninguna responsabilidad directa a la energía renovable, aunque si determina que el episodio en cuestión se desarrolló en un contexto de elevada penetración renovable y escasa generación síncrona”, comentó David Ramos, profesor titular de Ingeniería Eléctrica de la Carlos III, quien hizo hincapié en que “desde el punto de vista técnico, las renovables no son responsables del incidente, pero su alta penetración y su carácter electrónico pueden amplificar la sensibilidad del sistema a perturbaciones rápidas. El problema de fondo es de coordinación y robustez del sistema, no de una tecnología concreta”.
En sincronía, el resto de expertos coinciden con Santos en su valoración. Por ejemplo, Morales fue más claro al incidir en que “hay que separar los hechos objetivos de los intereses económicos. En primer lugar, las renovables producen más oscilaciones de tensión que el resto, porque la energía primaria que crea la electricidad es mucho más variable. ¿Esto quiere decir que nos hemos pasado de hacer renovables? No. Cuando se crean centrales renovables hay que disponer de más centrales de control, pero curiosamente las propias centrales renovables tienen capacidad de controlar también estas oscilaciones; de hecho, la nueva normativa al respecto habilita que esto sea así y que las propias centrales renovables controlen esto. El sistema tiene la capacidad de asumir todo esto, pero hay que poner a funcionar las herramientas que tenemos. La normativa que teníamos el 28 de abril es del 2000. Red Eléctrica llevaba al menos 10 años solicitando el cambio de la misma y en junio ya se cambió. Se sabía que había un problema de oscilación y que podía ocurrir”.
Soluciones
La normativa a la que hace referencia Morales es la relativa al procedimiento Operación 7.4, que funcionará hasta enero, al menos, para dilucidar si ha sido, es y será efectiva como garante de los mecanismos necesarios para que eventos de este tipo no se repitan. Es más, la asociación fotovoltaica española UNEF emitió un comunicado cuyo objetivo fue enfatizar en el uso de la energía fotovoltaica como mitigadora del problema si la regulación se lo permitiese.
Santiago Arnaltes insistió: “Las energías renovables no están regulando la tensión, son los generadores convencionales los que lo hacen y la relación que puede haber es que había pocos generadores regulando tensión en ese momento. El modo reforzado de operación que hay actualmente consiste en que haya más generadores síncronos regulando tensión, pero eso supone que esos generadores, para estar regulando tensión, tienen que estar generando y limitan la penetración de renovables. Esto tiene un coste porque al final son generadores que no casan en el mercado de ajuste por restricciones técnicas y tienen que generar, tienen que funcionar con su mínimo técnico para poder regular tensión. ¿Posibles soluciones? Que todos los generadores, tanto renovables como convencionales, regulen tensión; en eso está la normativa nueva”.
Para finalizar en este punto, Ramos añadió un par de cuestiones que podrían ayudar a prevenir colapsos de este tipo: “refuerzo de las interconexiones y algoritmos de defensa, para reducir el riesgo de separación y acelerar la restauración y realizar ensayos y validaciones de comportamiento dinámico de parques y transformadores frente a perturbaciones reales. En conjunto, el suceso no cuestiona la viabilidad del sistema renovable, sino que pone de relieve la necesidad de adaptar las reglas de operación y los esquemas de protección a una red cada vez más electrónica y descentralizada”.
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