Tráfico

Los transportistas, contra el bloqueo de la DGT

Se oponen a la medida que pretende paralizar los camiones los domingos de todo el verano y algunos festivos del año. Los camiones deberán permanecer retenidos a la altura de Burgos

Tráfico de camiones por una carretera de la provincia de Burgos
Tráfico de camiones por una carretera de la provincia de Burgoslarazon

Los transportistas están en pie de guerra contra la Dirección General de Tráfico que pretende bloquear los camiones que, durante los fines de semana de junio a septiembre, festivos y puentes, se dirijan a la frontera de Irún 250 kilómetros antes, es decir, en Burgos. Algo que puede acarrear enormes pérdidas económicas al sector y creará una innecesaria congestión de camiones en la capital castellana.

Según la federación de transportistas, la DGT justifica esta medida por el hecho de que, con la eliminación del peaje en la autopista AP-1 a finales de 2018, el tráfico de vehículos en dicha vía ha aumentado en un 24%, Pero la realidad es que en este incremento los camiones sólo representen una tercera parte.

La Dirección General de Tráfico se propone incluir en la Resolución de medidas especiales de regulación de tráfico de camiones para este año 2020, una nueva restricción a los camiones de más de 7’5 toneladas que se dirijan desde el centro de la península hacia el País Vasco y la frontera de Irún, estableciendo que un importante número de domingos y otros días del año los camiones deberán permanecer retenidos a la altura de Burgos, esto es, a más de 250 kilómetros de la frontera francesa, entre las 16 y las 21 horas.

En concreto, dicha propuesta de restricción se aplicaría tanto en la AP-1 como en la N-1 todos los domingos desde el 7 de junio hasta el 13 de septiembre, además de los domingos 22 de marzo, 3 de mayo, o los lunes 12 de octubre y 2 de noviembre y el martes 8 de diciembre.

Los transportistas rechazan esta disposición ya que limitará de forma importante la actividad de este sector en los mercados europeos, que recordemos representan una tercera parte de la flota española, ya que la medida planteada supone hacerles perder competitividad en casi la mitad de una jornada diaria, y porque además originará innecesariamente una congestión de miles de camiones en las proximidades de Burgos, sin que existan áreas de estacionamiento y de servicio suficientes para absorber tal incremento de vehículos.

Los transportistas argumentan que a pesar de que, tanto desde la DGT como desde el Ministerio de Fomento se han venido estableciendo políticas restrictivas a la circulación de los camiones por las carreteras nacionales, obligándoles en muchos casos a utilizar las autopistas de peaje por su mayor seguridad vial y la capacidad de la propia vía, previo pago del correspondiente peaje, sin embargo, ahora que la circulación por la autopista es gratuita, la DGT “culpa” a los transportistas de su utilización y de congestionar la autopista AP-1, sin atender al carácter de servicio público que los vehículos de transporte desarrollan.

Los datos de la propia DGT reconocen que sólo la tercera parte del incremento de la circulación se debe a los camiones. Por ello estiman que esta medida “supone un nuevo atropello al derecho fundamental a la libre circulación y al ejercicio de la actividad empresarial por parte de un sector esencial para el desarrollo de la actividad económica en nuestro país y en concreto para las exportaciones españolas”.