La ola de calor puede perjudicar la batería de los coches

Estos días se anuncia en toda España una ola de calor que hará subir varios grados los termómetros. Una circunstancia que puede afectar negativamente a la batería de nuestro automóvil, sobre todo si no es nueva o no hemos utilizado demasiado el coche en los últimos tiempos. Y ese es un elemento fundamental no solo porque si no funciona no podremos poner en marcha el motor, sino que puede afectar asimismo al funcionamiento de todos los sistemas electrónicos del vehículo.

El calor excesivo provoca que el ácido del interior de la batería se seque con más facilidad y, si la batería está cerca del final de su vida útil, tiene muchas más probabilidades de estropearse. Con motivo de la ola de calor que se aproxima a España, se recuerda que la batería es uno de los elementos del vehículo que más problemas da durante el verano. Y es que se trata de elementos muy sensibles a los cambios bruscos de temperatura, sobre todo cuando hace mucho calor.

Debemos saber que una batería tiene una vida media de cuatro años. Sin embargo, si se superan los 20º grados de temperatura, algo habitual en el clima español, se puede producir un envejecimiento más rápido. A esto hay que añadir que las baterías en buen estado se pueden ver afectadas negativamente si somos de los que usamos el coche ocasionalmente o con poca frecuencia. Por ello, lo ideal es revisar el estado de la batería y del sistema de carga para que no haya fallos. Si el coche no arranca nos daremos rápidamente cuenta si es fallo de la batería por la fuerza de giro del motor de arranque que, en caso de disminuir, produce un sonido muy característico.

En el caso de que la batería se haya venido abajo, lo primero que deberíamos hacer es intentar volver a arrancar el coche y que se vaya recuperando con la regeneración que produce el alternador. Para producir de nuevo el arranque, podemos probar a hacer un puente con unas pinzas y otro vehículo. Se recomienda utilizar unas pinzas si la batería tiene poca carga. Se deben conectar los bornes positivo con positivo y negativo con negativo. Además, la batería que intenta arrancar la de otro coche debe ser igual o superior que la que debe arrancar. Y que el motor del coche donante esté arrancado para asegurar la fuerza suficiente. Una vez en marcha, es recomendable revisar la batería en un centro especializado.

Otra opción es utilizar un arrancador o “booster”, que realiza la misma función que las pinzas, pero cuenta con un sistema de protección para evitar posibles daños. En caso de que no logre unas pinzas o un arrancador, sólo queda el recurso de cambiar la batería, que es la mejor opción, especialmente si la batería tiene más de cinco años. Si es el usuario quien va a realizar el cambio de batería, hay que tener precaución para no provocar un cortocircuito que pueda dañar la electrónica del automóvil. En algunos casos es necesario realizar una reprogramación del sistema de gestión de la energía.

Atención especial deberemos prestar si nuestro automóvil dispone del sistema “start&stop, ya que la batería de un coche normal no es la misma que la de un automóvil con este dispositivo. Son baterías especiales, con más capacidad y más potentes. Pueden ser EFB o AGM, dependiendo del tipo de automóvil y de la energía que necesite. Si se descarga la batería de este tipo de coches, no se pueden conectar las pinzas a otro vehículo que no tenga el sistema “start&stop”, ya que hasta el propio sistema para conectar las pinzas es diferente. Hay que destacar que para la sustitución de baterías en vehículos con este sistema es necesario conectar un equipo de diagnosis electrónica para configurar las centralitas electrónicas. Si se realiza el cambio sin el equipo, el circuito de carga no funcionará correctamente.

Si su coche va estar mucho tiempo parado, lo mejor es instalar un desconectador de baterías o desembornarla para que no tenga pérdidas de energía, preocuparse en arrancarlos frecuentemente o instalar un mantenedor de baterías conectado a la red eléctrica para evitar que se descargue este elemento fundamental para el funcionamiento del automóvil.