
Industria
Los aranceles hunden los valores de las empresas del motor
La crisis en la bolsa afecta a todos los grupos y fuertemente a la americana Tesla

Los valores en bolsa de las principales empresas automovilísticas han sufrido un fuerte retroceso en la sesión de cierre de la semana. Todas las principales empresas han presentado números rojos, si bien se ha observado una ligera recuperación en las dos últimas horas del mercado que ha hecho que las caídas no hayan sido tan importantes como las que se habían vivido durante la mañana. Y es que, los aranceles del 25% a las importaciones de automóviles y componentes en Estados Unidos llega en un mal momento para los fabricantes de automóviles europeos. Se enfrentan a retos estructurales en el cambio a los vehículos eléctricos, a la creciente competencia de las marcas chinas y a una demanda relativamente débil en Europa y China.
Al cierre de la sesión los índices registraban la mayor caída en Tesla, que perdía 9,18%, seguida por el grupo Stellantis, con un negativo de 6,35 puntos. Nissan superaba una cañada de más de cinco puntos y con índices negativos por encima del cuatro por ciento encontramos Mercedes, BMW y Toyota mientras que Porsche, General Motors o Volkswagen reflejaban retrocesos de aproximadamente tres puntos. Renault, Hyundai y Ford fueron las que menos perdieron en el día, pero todas ellas cerraban asimismo en números rojos.
Pero la crisis no solo afectará a las marcas fabricantes. Según el analista Eugenio Piliego, de Scope Ratings, la situación probablemente perjudicará aún más el rendimiento operativo de los fabricantes europeos de equipos originales y causará interrupciones en la cadena de suministro en Europa, por lo que todos los expertos en bolsa dan una perspectiva crediticia negativa para el sector. Es probable que el mayor impacto del nuevo régimen arancelario estadounidense sobre los fabricantes de equipos originales recaiga sobre las empresas más dependientes de las exportaciones de Europa al mercado estadounidense, con una capacidad de producción estadounidense limitada, como Stellantis, Volkswagen a través de su filial de coches deportivos Porsche y BMW.
Fabricantes de componentes de todo el mundo también han realizado importantes inversiones en México y planes para ampliar sus capacidades de producción desde el país, que actualmente es el mayor exportador de vehículos a los EE.UU. con más de 2,9 millones de coches enviados anualmente. Los que cumplan con los requisitos previos del acuerdo comercial entre EE.UU., México y Canadá (USMCA, por sus siglas en inglés) seguirán temporalmente exentas de aranceles, pero es probable que el coste general de producción de los automóviles ensamblados en México aumente con el nuevo arancel del 25%, ya que muchos vehículos dependen de piezas importadas que seguirán sujetas a aranceles. Algunos fabricantes de equipos originales podrían trasladar temporalmente la producción de México a las plantas estadounidenses, a expensas del riesgo de reducir la eficiencia operativa y la posible infrautilización de las plantas mexicanas si los volúmenes no pueden redirigirse a otros mercados de exportación.
Stellantis es un buen ejemplo de la afectación de los aranceles ya que de sus fábricas mexicanas salen modelos de sus marcas Peugeot, Citroën, Opel. Y en sus plantas de y Canadá produce Jeep, Chrysler y RAM, con lo que sus ventas podrían resentirse si los precios futuros reflejan el coste de los nuevos aranceles. La cuota de Stellantis en el mercado estadounidense, de donde procedieron más del 40% de sus ingresos en 2024, ha estado bajo presión, reduciéndose al 7,8% el año pasado desde el 9,4% en 2023.
Otro ejemplo es Porsche, fabricante de automóviles deportivos, produce casi todos sus coches en Alemania y los exporta a EE.UU, donde no tiene capacidad de fabricación. Como se trata de un negocio de pequeño volumen, pero de gran margen para Volkswagen, los aranceles corren el riesgo de reducir los márgenes de Porsche y del grupo en general, sobre todo si los consumidores prefieren optar por marcas rivales si el aumento de los aranceles se traslada a los clientes en forma de precios más altos.
Si bien los fabricantes de automóviles de lujo pueden repercutir mejor los costes arancelarios a los clientes, algunos de ellos reducirán sus márgenes ya que no podrán repercutirlos en su totalidad. Por ejemplo, Ferrari ha anunciado su intención de aumentar un 10% los precios de sus coches vendidos en EE.UU. en respuesta a los nuevos aranceles. Esto permitiría a Ferrari cumplir en gran medida sus previsiones financieras para el año.
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