Desescalada
El reencuentro 60 días y 40 kilómetros después
Rosa pudo reunirse con su familia en la Región de Murcia tras iniciar la fase 1. “Mi hijo contaba los días para ver a los abuelos”
Rosa vive en Murcia, y lleva exactamente 60 días sin ver a sus padres, que residen en Fuente Álamo, a aproximadamente unos 40 kilómetros de distancia. Una familia acostumbrada a pasar horas y horas juntos, a visitarse sin pudor y sin normas de distanciamiento, y que desde un poco antes de que el Gobierno central decretara el estado de alarma, ha tenido que vivir separada. Hoy, en el primer día de la fase 1 de la desescalada en la Región de Murcia, ha vuelto a reencontrarse. “Es un día muy alegre”.
Precisamente, unos días antes de que Pedro Sánchez anunciara el confinamiento total de la población, la familia de Rosa, al igual que muchos hogares, ya percibía la amenaza que suponía el contagio de coronavirus. “Fue el jueves 12 de marzo cuando vi a mis padres por última vez. Vivo cerca de mi hermano, que acababa de llegar de Madrid y tenía que aislarse 14 días. Mis padres vinieron a traerle unas cosas que le dejaron en la puerta. Esa fue la última vez que nos vimos, y ya no nos dimos ni un beso”.
Unas medidas de distanciamiento casi obligadas porque sus padres tienen 60 y 65 años. “Están en esa edad que, aunque no sean de gran riesgo, nos da miedo que se contagien”.
Rosa cuenta que durante estos dos meses, sus padres han llevado bien el confinamiento pero que, como todos, el miedo ha hecho mella en ellos. “Las dos primeras semanas estaban más preocupados, más cautos. Mi padre se jubiló en diciembre y a partir de la segunda semana, fue cuando a mi madre le llevaron un ordenador a casa para que pudiera teletrabajar y pudo adaptarse mejor a la situación. Desde entonces los he visto más tranquilos, y poco a poco con menos miedo”.
Pero sin duda, el protagonista de la familia es el hijo de Rosa, que ha cumplido cuatro años en plena cuarentena y ha contado los días para poder volver a ver a sus abuelos. “Al principio lo ha llevado bien con las videollamadas, pero al final se ha cansado de estar siempre pegado a las pantallas. Lleva una semana contando los días para volver a verlos”.
Así, como en miles de hogares de la Región de Murcia y de España, la incertidumbre de cuándo podría volver a ver a su familia era algo que se podía intuir, pero que no estaba del todo confirmado. “No podía decirle con seguridad el día que iríamos a visitar a los abuelos, estábamos a la espera de lo que comunicaran las autoridades. Además, está en una edad en la que ya va controlando el tiempo, y es más difícil engañarle y decirle que será dentro de tres, cuatro o seis días".
Un reencuentro con medidas de seguridad
Aunque el reencuentro permitido en la fase 1 pueda parecer que todo ha pasado, que el coronavirus está controlado, la familia de Rosa es consciente de que eso no es así, por lo que la visita a la casa de los abuelos se ha producido con las oportunas medidas de seguridad. “Al ser una casa de pueblo, cuenta con una planta baja y un patio interior. Ahí es donde vamos a cenar para intentar estar lo más separados posible dentro, eso sí, de una misma casa”.
Unas medidas que, aunque puedan parecer exageradas o poco realistas, insiste en que la prudencia de proteger a sus padres ha sido lo que ha primado. “Mi padre ha venido esta mañana a Murcia a recoger a mi hermano para llevárselo a Fuente Álamo, y en ningún momento se ha quitado la mascarilla”.
Ahora la familia de Rosa ha vuelto a reunirse, a abrazarse y a cenar juntos. Y aunque atrás quedaron esas videollamadas que hicieron estar cerca a quienes estaban lejos, son conscientes de que deben seguir manteniendo una serie de conductas que garanticen la seguridad y el bienestar de los que más quieren. “Yo me llevo la mascarilla, y no creo que sea un reencuentro triste, sino todo lo contrario. Es un momento muy alegre".
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