Intervención policial

La Guardia Civil destruye un taller clandestino en Murcia con "métodos rudimentarios" y peligrosos

La operación, que se llevó a cabo a principios de mes, contó con la colaboración del Servicio de Inspección de Trabajo de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia

En una reciente operación llevada a cabo en la Región de Murcia, la Guardia Civil ha desmantelado un taller mecánico clandestino que operaba bajo condiciones "extremadamente precarias y peligrosas". La intervención, desarrollada en la "operación Peinter", se produjo tras una serie de denuncias anónimas que alertaban sobre actividades sospechosas en una nave industrial situada en las afueras de la ciudad.

Al llegar al lugar, los agentes se encontraron con un escenario que parecía sacado de otra época. El taller, que carecía de cualquier tipo de licencia y medidas de seguridad, estaba repleto de vehículos en estado de abandono, herramientas oxidadas y restos de aceite y combustible derramados por el suelo. Los mecánicos, ninguno de ellos con certificación profesional, trabajaban sin el equipo adecuado de protección personal, exponiéndose a graves riesgos de accidentes y enfermedades laborales.

Uno de los aspectos más sorprendentes fue el uso de métodos rudimentarios para la reparación de vehículos: se encontraron gatos hidráulicos improvisados con bloques de madera, así como soldaduras realizadas con equipos obsoletos y sin las debidas medidas de protección. Además, la iluminación era insuficiente y las instalaciones eléctricas presentabanun peligro evidente de cortocircuitos e incendios.

Impacto medioambiental

Además de las condiciones laborales deplorables, el taller clandestino representaba un serio peligro para el medio ambiente. La gestión de residuos era prácticamente inexistente; los aceites usados y otros líquidos contaminantes eran vertidos directamente al suelo o almacenados en recipientes inadecuados, lo que suponía un riesgo de contaminación del subsuelo y las aguas subterráneas.

Por su parte, la noticia ha generado una gran repercusión en la comunidad local y los vecinos de la zona, que habían sospechado de las actividades del taller pero no se habían atrevido a denunciar por miedo a represalias, expresaron su alivio al saber que el lugar había sido clausurado. Asimismo, los talleres mecánicos legalmente establecidos mostraron también su satisfacción por la intervención de las autoridades.