Opinión

Tauran

Jean Louis Tauran ha pasado la mayor parte de su vida en la Secretaría de Estado al servicio de la diplomacia vaticana.

Durante varios años fue secretario para las Relaciones con los Estados cargo equivalente al de ministro de Asuntos Exteriores. Hoy es, además, cardenal Camarlengo de la Iglesia Romana, función que adquiere una importancia muy considerable cuando queda vacante la Sede Apostólica.

Este francés nacido en Burdeos ha cumplido hace pocos días los setenta y cinco años de edad y desde hace diez fue nombrado presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso. Y como si hubiera querido poner un broche de oro a su ya brillante carrera, acaba de realizar un viaje sin precedentes en la historia de las relaciones vaticanas con el Islam.

El purpurado ha regresado a Roma después de un viaje de varios días a la Arabia Saudita en el curso del cual fue recibido en audiencia por el Rey Salman Bin Abdelaziz.

Un encuentro que marca un hito en el diálogo católico- musulmán puesto que el soberano reina en el país donde se encuentran los lugares más sagrados para la religión islámica como son las ciudades santas de Medina y La Meca.

En esa histórica entrevista Tauran estuvo acompañado por el arzobispo Monseñor Miguel Ángel Ayuso, secretario del Pontificio Consejo antes citado. Este comboniano, nacido en Sevilla pero que ha vivido muchos años en Egipto, es el máximo experto vaticano en todo lo que se refiere al mundo árabe en cuya lengua se expresa con una soltura que sorprende a sus interlocutores incluido el monarca saudí.