Opinión
Números
Las cifras son peligrosas porque cantan la realidad. El riesgo es mayor cuando se lanzan a la opinión pública números luego desmentidos. Digo esto porque tal vez no eran ciento cincuenta mil los seguidores del Camino Neocatecumenal que acudieron el sábado por la mañana a Tor Vergata ( en las cercanías de Roma) para celebrar los cincuenta años de la llegada del Camino a Roma. Pero en este caso poco importan porque la multitud presente resultaba impresionante sobre todo si se tiene en cuenta que procedían de países tan lejanos como Australia, Mongolia o la isla de Guan. El «invento» que Kiko Argüello y Carmen Hernández pusieron en marcha a finales de los años sesenta en Palomeras Altas está hoy presente en 134 naciones de los cinco continentes con más de veinte mil comunidades en seis mil parroquias y 1.68 familias misioneras en ciudades descristianizadas. Cuentan además con 120 seminarios esparcidos por todo el mundo y en menos de veinte años han sido ordenados 2.380 sacerdotes «Redemptoris Mater» mientras otros 2.300 jóvenes se preparan para recibir las sagradas órdenes. Estas sí que son cifras que cantan una realidad que sería absurdo ignorar o no valorar. Lo saben muchos obispos y cardenales que pueden contar con estas auténticas «fuerzas vivas» en sus diócesis. En el pasado el Camino ha sido víctima de críticas e incluso de sarcasmos basados en una visión simplista de la realidad. Por supuesto también se han cometido errores debidos en buena parte a un ímpetu apostólico poco controlado. Pero tenía toda la razón el Papa cuando les ha dado las gracias por «haber acogido la llamada del Señor a vivir el Evangelio y a evangelizar».
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