Opinión

Amazonía

Con este nombre es conocido un inmenso territorio (casi ocho millones de kilómetros cuadrados) compartido por nueve países latinoamericanos: Brasil, Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú, Venezuela, Surinán y las dos Guayanas. Bañada por el Amazonas en esta reserva de biodiversidad viven treinta y cuatro millones de seres humanos de los cuales tres millones son indígenas pertenecientes a más de 390 etnias. Es una región decisiva para la vida de nuestro planeta puesto que el veinte por ciento del oxígeno que consumimos proviene de sus bosques, donde vive entre el 30 y el 50 por ciento de la fauna y de la flora del mundo, así como de sus reservas de agua dulce no congelada. Una riqueza amenazada por una explotación salvaje y colonial.

A esta región denominada Panamazonía el Papa Francisco ha querido dedicar una Asamblea especial del Sínodo de los Obispos que tendrá lugar en octubre de 2019. Como indicaba el Pontífice se trata de buscar «nuevos caminos para la Iglesia» y de favorecer una ecología integral. Estos días se ha hecho público el Documento preparatorio de dicho encuentro. En él destacan dos aspectos: la defensa de la poblaciones indígenas y la creación de nuevos ministerios eclesiales que resuelvan la inmensa carestía de clero en dichas regiones así como la adaptación de la liturgia y de la catequesis a unos módulos culturales muy diferentes de los nuestros.

Uno de los problemas que se abordará, sin duda, es el de la ordenación sacerdotal de los «viri probati» ( varones casados de cierta edad) que desde hace tiempo reclaman los obispos y algún cardenal responsables de la pastoral panamazónica.