Opinión
El segundo era el primero
El escritor y crítico taurino Joaquín Vidal coincidió como funcionario sin funciones en el Instituto Social de la Marina con un joven y desconocido Suárez quien le confiaba que su única aspiración en la vida era presidir el gobierno de España. En política parece que cunden estas premoniciones interiores ya que los condiscípulos de Casado, nuevo presidente del PP, admiten que desde chico solo le interesaba la política del PP de la que ahora es máximo responsable. Su historia congresual no habrá sorprendido ni a la militancia ni a los votantes porque algo auraba a este hombre, desde su juventud a su saber hacer ante los medios, pasando por su carencia de complejos hasta parecer psicoanalizado y atreverse a cuestionar la ideología de género, la lucha de sexos como heredera de la lucha de clases lo que le acarreará problemas con el feminismo radical.
El más torpe de los augures podía adivinar que el segundo en votos directos iba a resultar el primero dadas su impetuosa entrada en la línea de salida y la inevitabilidad de que huestes de Cospedal se pasaran a él aunque solo fuere para fastidiar a Soraya. Hay mentideros que suponen el apoyo de una ultraderecha oculta en el PP, cuando en España, a Dios gracias, el neofascismo es menos que residual. Ello no obsta para que se agradezca que Casado no tenga rubor al hablar de la unidad de España o de trato de favor a etarras o de una futura Constitución consolidada y no abierta en canal para provecho de secesionistas. Fue fuego amigo el que intentó desmontarle por los vaivenes de su carrera de derecho. Los titulares sobre elecciones municipales o autonómicas no serán decisivos. Su reto es no mentir, como Nixon, y apagar los fuegos fatuos del sanchismo y asociados en las próximas generales porque el bipartidismo no ha muerto.
✕
Accede a tu cuenta para comentar