Opinión
Agenda electoralista
Sánchez se ha subido a la Presidencia con una Legislatura medida y en marcha, lo que le impide agendar objetivos a largo plazo, ya que se encuentra con los pantalones confeccionados a medida de otro y la chaqueta se la podrían ir cosiendo entre diversos sastres según la meteorología política. Es legítimo suponer que por encima del secesionismo incorrupto catalán (que Sánchez no puede resolver y sí empeorar) la agenda presidencial solo cuenta con un punto capital y prioritario: llegar a navidades mejorando anteriores comicios en las municipales, autonómicas y europeas de mayo. Serán un test sobre sus posibilidades de, cuando menos, en las generales obtener una mayoría minoritaria o, si quiera, crecer a unos exiguos 100 escaños para intentar no dormir con sus verdaderos enemigos separatistas y bolivarianos. La media legislatura socialista comenzó con un cuatrimestre en el que Sánchez escribió una carta a sus ministros exigiendo medidas rápidas, como si estuvieran meditadas y dieran sensación de gobernabilidad inmediata. Obvio es recordar los vaivenes del jefe y alguno de sus colaboradores. Comienza otro cuatrimestre cuyo horizonte consiste en sentar las bases de buenos resultados socialistas para las elecciones secundarias de mayo, aunque la línea de salida es desigual, planeando el charrán del PP sobre tantas alcaldías y un empate a siete con el PSOE en las autonomías. La agenda de la mitad legislativa la pactaron en secreto Sánchez e Iglesias y es ignota. Si no hay Presupuesto se tirará con el de Rajoy acomodado con leyes de acompañamiento. El techo de gasto está en el aire con autonomías que en vez de ahorrar quieren dilapidar el superávit. Las izquierdas, socialdemócratas o radicales, siempre suben los impuestos y tienen por tabú reducir el gasto público, lo que conllevará subir el IRPF por encima de los 60.000 euros anuales de Podemos o de los 15.000 del PSOE. La ley de seguridad ciudadana no la abolirán y con la reforma laboral del PP ni se atreven. Toca renovar el CGPJ y difícil será sacar a Ana Pastor de la Presidencia del Congreso. La agenda de hoy solo tiene una entrada: demostrar a los contribuyentes en las generales que Sánchez es un hombre serio poseedor del arcano de lo que nos conviene.
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