Opinión
¡Vencedores!
Tengo que compartir la enorme alegría e ilusión que provoca que un mensaje de amor y normalización como el que ofrece la película «Campeones» vaya a representarnos en el lugar que soñaría cualquier cineasta.
Lo que principalmente esta película provoca, es algo que el mundo entero necesita: esperanza. Pero es que además produce risas, ¿qué haríamos sin esas sonrisas que nos hacen ver la vida de una forma más positiva y sana? Esos actores tan especiales, que tratan de alcanzar las metas que les pone su entrenador, el auténtico y genuino Javier Gutiérrez, y demuestran que aunque la vida les ha puesto barreras extra, también pueden trabajar, tener hobbies, ilusiones, amigos... demuestran que la felicidad está en los pequeños detalles. Todos ellos consiguen arrancarnos carcajadas pero también algo tan chocante como una sonrisa que emociona y nos despierta a una realidad históricamente oculta o, peor aún, casi maldita. La discapacidad intelectual pasa por fin de la compasión o incluso la marginación, a demostrar lo equivocados que estamos tantas veces en el camino de la vida. Ellos nos ofrecen las verdaderas claves de una vida ilusionante y llena de alegría.
¿Y qué más podemos pedir a la vida que risa y esperanza? Pues además resulta que todo esto tan sano y esperanzador es lo que va a representarnos en el evento mundial por experiencia del mundo del cine: Los Oscars.
Desde luego que para todos los que estamos cerca del entorno de las personas con cualquier tipo de discapacidad es una buenísima noticia que este regalo de vida y esperanza nos represente porque ofrece una visión optimista y feliz de la vida que es justo lo que más necesitamos, especialmente los países occidentales en las que el consumo de antidepresivos alcanza unas cotas inimaginables.
Javier Fesser ha logrado trasladar a la sociedad ese mensaje tan necesario que confirma que discapacidades tenemos todos, del mismo modo en que todos tenemos unas cualidades y capacidades únicas. Que todos somos necesarios y que unos tienen lo que a otros les falta, y en la interacción está la riqueza.