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Economía

A apretarnos el cinturón

Quedan 20 días para que el Gobierno presente en las Cortes su proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2026, pero mucho me temo que en esta ocasión tampoco se respetará la Carta Magna

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez Alberto R. Roldán La Razón.

Quedan 20 días, contando hoy, para que el Gobierno cumpla con la Constitución y presente en las Cortes su proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2026. Por lo visto hasta ahora, y por lo que se vislumbra de cara a estas próximas semanas, mucho me temo que en esta ocasión tampoco se respetará la Carta Magna por parte del marido de Begoña –esta última muy de actualidad ayer– y de su equipo. Dicho de otro modo, seguirán sin gobernar, y van ya unos cuantos años.

Mientras tanto, la situación de nuestros vecinos del norte no es como para tirar cohetes. La cosa también va de los presupuestos en concreto y de la situación económica y política en general. Macron ha nombrado a uno de sus «niños bonitos» como nuevo primer ministro. Se trata del hasta ahora titular de la cartera de Defensa, de apellido Lecornu, que se ha estrenado con unas declaraciones que bien podrían ser de nuestro Pedro Sánchez: «Habrá que hacer rupturas, ser más creativo». Pues vamos a ver qué es lo que plantea y lo que dicen los galos, que no están por la labor de apretarse el cinturón. Ayer las calles, carreteras y autopistas de las principales ciudades francesas volvieron a ser escenario de manifestaciones, protestas y enfrentamientos con las fuerzas del orden. La cosa se puede resumir de la siguiente manera: impuestos por las nubes, gasto social disparado y deuda y déficit público estratosféricos. ¡A ver cómo se arregla eso!

En Alemania la situación económica es diferente, pero tampoco pasa por su mejor momento, especialmente la industria del automóvil. El Gobierno teutón, de reciente formación, da un traspiés tras otro. Y esto nos lleva a la conclusión final: la debilidad y crisis que se vive en España, Francia y Alemania, tres piezas clave en el engranaje de la Unión Europea, dejan a esta última en una posición de debilidad para hacer frente a los desafíos de todo tipo que tiene el mundo en estos momentos. Por si lo anterior fuese poco, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, está más cuestionada cada día que pasa. Siento el pesimismo, pero es parte de lo que hay. Lo queramos, o no, vamos a tener que apretarnos el cinturón en lo económico.