Opinión

Paripé con los Saud

El general Norman Schwarzkopf relata en sus memorias que como jefe operativo de una coalición de 34 países estacionados en Arabia Saudí para la liberación de Kuwait recibió orden del monarca absoluto para presentarse de inmediato en Riad. Schwarzkopf, alarmadísimo, tomó un helicóptero para recibir una espectacular bronca oficial motivada porque una soldado estadounidense conduciendo un jeep había propinado una paliza a un gendarme saudí que pretendía detenerla por manejar un vehículo. El «Oso del desierto» había vivido su juventud entre árabes siguiendo a un padre agregado militar y, conociendo el paño, ofreció vehementes excusas, prometió las penas del infierno para la réproba, a la que ni citó, y de espaldas y dando cabezazos se retiró a su tienda de campaña convertida en un ordenador gigante para ordenar la invasión. El general sabía que Arabia Saudí es el único país del mundo nominado por el nombre de su familia gobernante, la tribu de los Saud, emergente en 1918 sobre el desguace del Imperio Otomano, guardianes de la Meca y Medina y que la breve guerra que comandó no lo fue tanto para devolver el Emirato a su satrapía, sino para prevenir un asalto iraquí sobre los desiertos saudíes.

Putin envenena a rusos en Londres, Kim Jong-un mata a su hermanastro en Singapur con dos sicarias vietnamitas, Maduro defenestra a la Oposición y el Príncipe heredero Salmán, presunto progresista limpiador de la corrupta élite saudí y dador a las mujeres del carnet de conducir, ha decidido, supuestamente, descuartizar al columnista del «Washington Post», Khashoggi, en su consulado de Estambul. Nada nuevo bajo aquel sol aunque chapuza gore. Citando a Roosevelt sobre Tacho Somoza, los saudíes son «nuestros» hijos de puta. El adversario es la teocracia iraní en pos de su nuclearización y los gemidos occidentales por el periodista una jeremiada. Sin que sirva de precedente Sánchez ha acertado esta vez aunque haya sido Susana Díaz quien ha puesto los ovarios sobre la mesa por el empleo gaditano. Arabia Saudí es aliado preferente de EE. UU., la UE y Japón, y les venderemos armamento directamente o por traficantes. Y si no, se lo regalaremos.