Opinión

¿Cumbre o trato?

Por si alguien lo dudaba, Pedro Sánchez ha llegado a La Moncloa con la intención de quedarse... lo menos hasta 2020. El presidente del Gobierno hará todo lo que esté en su mano, absolutamente todo. Olvídate del «superdomingo» con generales incluidas. Para él, el objetivo de resistir en la presidencia justifica todos los medios que imaginemos. Lo corroboran los hechos de este jueves, fruto de semanas de negociaciones de Carmen Calvo e Iván Redondo con consejeros y diputados independentistas mientras, a los españoles, el Ejecutivo nos entretenía con anuncios pintones, como la exhumación de Franco o la subida del salario mínimo.

En el Congreso, el Gobierno ha logrado la foto que quería: el renovado apoyo de Unidos Podemos y del bloque de la moción de censura para aprobar el objetivo de déficit en 2019. A cambio de ese balón de oxígeno a los de Sánchez, hemos asistido horas después a un encuentro televisado en Pedralbes, en Barcelona, entre un presidente del Gobierno y un presidente autonómico que la Generalitat ha vendido, directamente, como una cumbre entre dos Estados. Madrid lo ha resumido en «normalidad» (esta que te escribe percibe todo menos «normalidad» en esta especie de cita bilateral).

Desde luego, en semejante clima de crispación política, con una Cataluña profundamente dividida en lo ideológico, ni Quim Torra ni Pedro Sánchez pueden sacar pecho pero ambos, al final, se salen con la suya. Torra obtiene su foto simbólica «de Estado a Estado» y Sánchez, el apoyo renovado de quienes le respaldaron hace meses para acabar con la era Rajoy. Más allá del postureo de Barcelona, ¿hasta dónde puede llegar el diálogo entre Sánchez y Torra? Se han mirado a los ojos, al menos. Han hablado a solas, pero son como agua y aceite. Torra pelea por la independencia, «apretad, apretad»; Sánchez, en triple salto mortal, sabe que no puede vulnerar la Constitución.

¿Qué pensarán de este espectáculo mediático Lambán, García-Page y demás barones del PSOE que gobiernan en otras autonomías? ¿Se sentirán menospreciados? ¿Tienen algo que decir los alcaldes socialistas sobre la política nacional de su partido respecto al separatismo? Dentro de muy poco, en mayo, los gestos y las concesiones del Ejecutivo al Govern podrían perjudicarles en las urnas. ¿Y Torra? ¿Qué será lo siguiente que le exija a Sánchez?