Opinión

Mensaje de Paz

Al santo Papa Pablo VI debemos, entre otras muchas novedades, la de la convocatoria todos los 1 de enero de cada año de la Jornada Mundial de la Paz. Una invitación dirigida no sólo a la Iglesia sino a todos los hombres de buena voluntad.

Francisco acompaña la de este año con un mensaje cuyo lema es «La Buena política está al servicio de la paz» . En ella recoge el magisterio de sus predecesores, la encíclica «Pacem in Terris» de Juan XXII, el ya citado Papa Montini en la «Octogesima Adveniens», san Juan Pablo II y Benedicto XVI a los que cita en numerosas ocasiones. También recoge en este mensaje las «bienaventuranzas del político» escritas por el cardenal vietnamita Francisco-Javier Nguyen Van Thuan de las que me permito citar estas: «Bienaventurado el político que trabaja por el bien común y no por su propio interés...que permanece fielmente coherente...que está comprometido en llevar a cabo un cambio radical...que no tiene miedo».

Bergoglio subraya después los «vicios de la política» entre los que enumera la corrupción, el enriquecimiento ilegal, la justificación del poder mediante la fuerza o con el pretexto arbitrario de la «razón de Estado», la tendencia a mantenerse en el poder, la xenofobia, y el racismo, el rechazo al cuidado de la tierra.

No nos sería difícil aplicar estos comportamientos viciosos a políticos con nombres y apellidos dentro y fuera de nuestras fronteras y que son la demostración de que esos vicios son hoy moneda de uso corriente en las clases dirigentes. Pero el Santo Padre sigue pensando que la paz «es fruto de un gran proyecto político que se funda en la responsabilidad recíproca y que es también un desafío que exige ser acogido día tras día». Ojalá que durante el 2019 que acaba de comenzar veamos realizado, al menos en parte, ese maravilloso objetivo.