Ofensiva

Esta mañana tiene lugar en el Vaticano una conferencia de prensa para presentar el Encuentro del Papa Francisco con los presidentes de las Conferencias Episcopales de todo el mundo sobre la protección de los menores en la Iglesia. Una reunión cuya importancia no escapa a nadie que conozca la amplitud de este grave problema. Dos actitudes contrapuestas pueden dañar, sin embargo, el éxito de esta convocatoria excepcional.

Por una parte, la de quienes esperen que en tres días y medio se pueda poner fin a un problema que se remonta a muchas decenas de años y cuya globalidad ha sido puesta ahora de manifiesto. El padre Lombardi – exportavoz vaticano y moderador de la reunión– ha advertido contra un exceso de expectativas que de no cumplirse provocarían la impresión de fracaso. Algo semejante ya lo dijo el Santo Padre hace algunas semanas.

Pero no es menos preocupante la decisión de quienes quieren envenenar el ambiente previo al encuentro del Papa y los representantes de todos los episcopados del planeta. Está prevista la salida en ocho países diferentes de un libro escrito por un periodista francés que acusa a la jerarquía de la Iglesia católica, en especial a la Curia Romana, de ser un nido de homosexuales hipócritas. ¿Pruebas? Escasas. ¿ Rumores y chascarrillos? Muchos, la mayoría.

Poco importa esta ofensiva. No es la primera y no será la última. El encuentro tiene como finalidad la transparencia, la asunción de responsabilidades, la prioridad de la atención a las víctimas y la voluntad de evitar por todos los medios que se reproduzcan tan infames crímenes.