Opinión

Manual para quebrar un país

Unidas Podemos y Pablo Iglesias no ganarán las elecciones del 28-A. Soñaron con el «sorpasso» al PSOE, que para ellos era como una victoria, en junio de 2016, pero asustaron a muchos. Ahora con una sangría interminable de peleas internas, el líder morado se juega una parte de su futuro político en las urnas a final de mes. Su gran aspiración es que sus escaños sean imprescindibles para investir a Pedro Sánchez y, a cambio, exigir puestos en el Gobierno y más cosas. Si fracasa en ese empeño, el liderazgo de Iglesias puede tener los días contados. En Unidas Podemos hablan sin tapujos de un «Vistalegre III», en donde Irene Montero sería catapultada a la dirección de lo que entonces fuera el partido morado. Un Gobierno mínimamente estable sin Podemos quizá retrasaría el relevo de Iglesias, porque no habría prisas, pero lo haría irremediable, sobre todo si las municipales y autonómicas tampoco sonríen a los podemitas, pero sí a quienes eligieron otro camino, sobre todo Carmena y Errejón.

Iglesias, tal vez como último recurso y a pesar de su inmersión en la casta, ha desempolvado los planteamientos más radicales de Podemos y los ha volcado en el programa electoral que presentó el viernes, cobijado bajo el lema «Para un nuevo país». Consiste en 264 medidas que, por lo menos en el ámbito económico, son un manual acelerado, una guía práctica para quebrar un país y, además, hacerlo en poco tiempo. Nada nuevo. Podemos ahonda y retuerce sus viejas obsesiones que podrían resumirse en fuertes subidas de impuestos para los que ellos consideran ricos, control de los grandes sectores estratégicos –sobre todo energía y banca, con Bankia de mascarón de proa– y aumentos descontrolados de gasto con promesas tan populistas como irreales. Un mundo feliz que alguien tendría que pagar, pero que los redactores del programa de Unidas Podemos no explican y, por supuesto, no incluyen ningún cálculo. La persecución fiscal a los ricos quizá sea lo menor, al lado de bajadas ruinosas del IVA, promesas de pensiones imposibles o instaurar un régimen indefinido de alquileres –que fue lo que hizo el franquismo– y que acabaría con la vivienda en alquiler, como ya ocurrió en su día. Unidas Podemos no ganará las elecciones y no aplicará su programa, pero existe el riesgo de que participe en el Gobierno y exija que se adopten algunas de sus medidas estrellas. Y eso sí es posible. No quebraría enseguida al país, pero le enseñaría el camino.¡Ojo!