Opinión

Por amor

Disculpen el ejercicio de ombligüismo; durará dos líneas, poco más. Recuerdo que cuando publiqué el libro «Un burka por amor», el camarero que todas las tardes me preparaba amablemente un café en un teatro de Valencia que hoy lleva el nombre de José Sancho, me dijo que no entendía cómo podían ir en la misma frase las palabras «burka» y «amor». Una observación interesante. De haber leído el libro, lo hubiese entendido. Pero no siempre se puede razonar lo que se dice y se escucha. Hace unos días, volví a oír la misma expresión pero mudando una de las palabras. En vez de «burka», la persona empleó la palabra «eutanasia». No entendía cómo «amor» y «eutanasia» podían compartir sintaxis en una oración . Ayudar a morir a una persona por amor. Otra reflexión importante. Estemos o no a favor de la eutanasia, es una pregunta que sería interesante que cada uno nos hiciéramos, aunque la respuesta solo tendría validez efectiva si nos viéramos en la tesitura real de lo que nos planteamos. Ver sufrir a la persona que amas es lo peor que te puede pasar en la vida, mucho peor que ser uno mismo quien padezca la dolencia en cuestión. En ese momento –sí, por amor– , eres capaz de cualquier cosa para salvarle la vida o la agonía en vida a tu ser querido. Y eso incluye ponerle un burka en Afganistán para evitar que maten a tu mujer por no vestir el infame sudario impuesto por los talibanes religiosos, aunque eso te repugne y te indigne. Y eso implica, también, preguntarnos si ayudaríamos a morir a la persona amada para atajar su sufrimiento. Debates mediáticos, aparte.