Opinión
Tezanos y el CIS: cálculo y error
José Félix Tezanos es un veterano de la política y de la sociología electoral, del «confuso» y a veces mágico mundo de las previsiones. Acumula muchos trienios de experiencia y, claro, se las sabe todas, lo que no impide que pueda cometer errores o haber calculado mal la frenada. Respetado entre los gurús demoscópicos –Pedro Arriola todavía habla bien de él–, desde que está al frente del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) sus actuaciones se miden por las polémicas que levanta. Ha cambiado la metodología de los sondeos electorales un par de veces y, lo que es más criticado por los expertos y el mundo académico, ha roto las series históricas de datos, algo que los investigadores consideran, además de inexplicable, una pérdida irrecuperable.
Los sondeos de opinión son una herramienta más de política electoral. No es ningún secreto. Los profesionales de ganar elecciones intentan instalar en los votantes la idea firme de que un partido determinado vencerá en los comicios. Una vez logrado, se trata de sumar voluntades al bando ganador, algo más sencillo. Una y otra vez, desde que Tezanos preside el CIS, sus encuestas han colocado al PSOE en cabeza y muy por delante de sus adversarios. Ahora, ha vuelto a hacerlo y la distancia entre los socialistas y el segundo partido, el PP, es sideral, al mismo tiempo que Vox entra con fuerza en el Parlamento pero tampoco eclosiona como algunos –también en la izquierda– soñaban. La cantada victoria electoral de Pedro Sánchez tiene el inconveniente de que podría desmovilizar a su propia clientela. En la Moncloa, Iván Redondo y el equipo del presidente, lo han percibido al instante y ayer, «donde dije digo, digo Diego», Tezanos le explicó a Pepa Bueno en la Cadena Ser: «no acabo de ver que el PP haya caído tanto y Vox puede tener voto oculto». Quizá no lo sea, pero se parece mucho a una autorectificación, cuyo objetivo es mantener la tensión entre los votantes socialistas, además de asustar con Vox, y que no piensen que Sánchez ganará el 28-A sin bajarse del autobús, es decir, sin una participación masiva de su clientela, a veces perezosa. Tezanos es posible que calculara mal o que cometiera un error con la última encuesta del CIS, pero tampoco se debería descartar que pudiera estar acertado y que quienes deberían movilizarse, o al menos agrupar sus sufragios, sean los votantes a la derecha del PSOE. Tezanos, al fin y al cabo, era la mano derecha demoscópica de Alfonso Guerra, que acrisola una larga tradición de aciertos.
✕
Accede a tu cuenta para comentar