Opinión

Mensajes efectivos

Mario Cuomo, gobernador de Nueva York (1983-1994), solía decir que «se hace campaña con poesía, pero se gobierna en prosa». Eso significa que estamos en tiempos de poesía, con los candidatos como poetas, al margen de que interpreten sus propias obras o las de sus asesores. En España, la experiencia apunta que el PSOE aprovecha mejor las campañas electorales que sus adversarios, sobre todo mejor que el PP. No obstante ha habido excepciones, como en 2000, cuando el líder del PSOE, Almunia, anunció una futura alianza con Izquierda Unida. Nadie puede demostrar cómo influyó, pero el resultado fue la primera mayoría absoluta del PP, entonces liderado por Aznar. Tampoco hay reglas fijas. Rivera hizo una campaña muy efectiva la primera vez que se presentó al parlamento catalán. En 2015 y 2016, sin embargo, los días previos a las elecciones se le hicieron largos y le pasaron factura. Podemos revolucionó cómo llegar a los votantes, pero los estrategas estaban alrededor de Errejón y ahora Iglesias percibe esa carencia. Sánchez, porque sale de favorito, convocó las elecciones con la idea de que «cuanta menos campaña, mejor». El lema, «haz que pase», lo confirmaría. La historia del PP en las campañas está repleta de aciertos y errores. Nunca ha sido su mejor terreno y la obsesión de los líderes populares ha sido no cometer errores. Los programas, por último, son necesarios, pero lo decisivo son las impresiones que perciben los votantes. Churchill lo explicó con maestría: «no me preocupo tanto por los principios, como por la impresión que mis palabras producen».